El Gobierno porteño puso en vigencia desde este jueves una medida que al comienzo generó controversia, aunque con el correr de las horas, analizando punto por punto, fue ganando adeptos. La misma establece la regulación del uso de teléfonos celulares y/o dispositivos electrónicos en las escuelas de la ciudad de Buenos Aires. Al respecto, la vicejefa de Gobierno, Clara Muzzio, explicó que la medida apunta principalmente al aprendizaje y a la salud mental de los estudiantes.
Tras precisar que la Ciudad de Buenos Aires cuenta con aproximadamente unos 740.000 alumnos en los niveles inicial, primaria y secundaria, Muzzio subrayó: “Nosotros tenemos un compromiso con el aprendizaje y, claramente, las pantallas, los teléfonos, los dispositivos, terminan siendo distractores para los chicos, y está científicamente comprobado que aquellos países en donde disminuyeron en la utilización o se prohibió la utilización de estos dispositivos mejoraron rotundamente el cómo los chicos aprenden”.
En este sentido, lamentó que “hoy, en la Ciudad de Buenos Aires y en todo el país, tres de cada 10 chicos no saben leer ni tienen nociones de matemática cuando pasan a la secundaria”. Como consecuencia, “inicial, jardín y primaria, los estudiantes no podrán los celulares en el aula”, mientras que en secundaria, “por supuesto que los chicos, generalmente, viajan solos, van en colectivo, les avisan a sus padres que han llegado, se puede tener únicamente en el aula sólo cuando el docente lo use para fines pedagógicos”, explicó la funcionaria.
De inmediato, Muzzio aclaró: “Acá no estamos en contra de la tecnología, sino que se propone desde la Ciudad de Buenos Aires, donde fuimos pioneros con el plan de alfabetización -con el plan Sarmiento- de introducir la tecnología en el aula, tener esa regulación”. “Es una cuestión no sólo de aprendizaje, sino también de salud mental”, argumentó en declaraciones a La Nación +.
Respecto a esto último, la vicejefa de Gobierno porteño ahondó: “Todo lo que es el factor socioemocional de los chicos está atravesado, y también están los peligros que tiene que los chicos estén expuestos a la pantalla. La Sociedad de Pediatría dice que menores de dos años rotundamente no a las pantallas, pero a medida que pasan los años la exposición crece y trae riesgos aparejados como el bullying, el grooming, los chicos empiezan a tener mayor ansiedad”.
Muzzio agregó que “el 45% de los chicos que no tienen el teléfono al lado se sienten ansiosos, eso en las evaluaciones PISA”, tras lo cual afirmó que “Argentina es el primer país en que los chicos dicen que tienen dependencia del celular”. En cuanto a la implementación de la medida, la funcionaria aclaró: “Nosotros hicimos regular estas iniciativas, y cada escuela, trabajando con la comunidad, va a tener que limitar su protocolo y eso es lo que el Ministerio de Educación regula”.
No obstante, también advirtió que “los recreos son un tema, porque uno ve fotos del patio de la escuela y están todos con el celular”. “No interactúan entre sí y ahí empieza a aparecer el factor timidez. También pasa en la hora del almuerzo, con chicos que no comen o comen rápido para estar conectados. Esto tiene que ver con el aprendizaje, el crecimiento, la madurez”, insistió Muzzio.
