El ministro de Economía, Luis Caputo, se encuentra en la etapa final de la elaboración del Presupuesto 2025, un documento crucial que definirá la política fiscal y económica de Argentina para el próximo año. Este será el primer presupuesto bajo la administración del presidente Javier Milei, y su contenido promete ser un claro reflejo del enfoque económico que caracterizará a su gestión.
Entre las proyecciones más destacadas del Ejecutivo para el cierre de 2024, informó NA, se estima una inflación anual del 139% y un tipo de cambio oficial de $1.016 por dólar en diciembre. Estos datos enmarcan un escenario económico complejo, donde la inflación mensual en julio superó el 4% y la acumulada en los primeros siete meses del año ya alcanzó el 87%. A esto se suma una inflación anual de 211,4% en 2023, lo que genera expectativas cautelosas respecto al futuro inmediato.
La proyección de un dólar a $1.016 para diciembre refleja un ajuste significativo en el tipo de cambio oficial, coherente con la estrategia de devaluación gradual que el gobierno ha venido implementando. El equipo económico anticipa que la depreciación del peso seguirá un ritmo mensual del 2% a través del mecanismo de crawling peg, lo que sugiere que la volatilidad cambiaria seguirá siendo un desafío constante para la economía argentina.
Objetivo clave: déficit cero
Uno de los pilares del Presupuesto 2025 es la política de «déficit cero», que el presidente Milei ha destacado como un objetivo central. Este enfoque busca que el superávit primario sea suficiente para cubrir los intereses de la deuda, evitando así la necesidad de contraer nuevo endeudamiento y, en consecuencia, reduciendo el riesgo país.
El presupuesto también prevé la implementación de techos de gasto para cada ministerio, con el objetivo de mantener un control estricto sobre el gasto público. En este contexto, el gobierno espera un aumento del 54,4% en la recaudación impositiva para 2025 en comparación con 2024, lo que permitirá financiar parte del gasto sin aumentar la presión fiscal sobre la economía. De hecho, se proyecta que la presión tributaria disminuirá levemente, del 21,61% al 21,16% del PBI.
Sin embargo, uno de los mayores desafíos fiscales será la eliminación del Impuesto PAIS, una fuente significativa de ingresos para el Tesoro. Aunque el gobierno está explorando alternativas para compensar la pérdida de estos ingresos, persisten interrogantes sobre cómo se mantendrá el equilibrio fiscal sin este impuesto, especialmente en un contexto de restricciones fiscales y elevada inflación.
Señales al mercado y desafíos por delante
El Presupuesto 2025 no solo servirá como guía para la política fiscal del próximo año, sino también como una herramienta clave para enviar señales al mercado sobre la dirección económica del país. La implementación de una regla fiscal estricta y la eliminación del Impuesto PAIS serán dos de los aspectos más observados, dado que ambos son fundamentales para mantener la estabilidad financiera y evitar un aumento en el riesgo país.
Además, el gobierno deberá enfrentarse a la incertidumbre que rodea la eliminación del cepo cambiario. Aunque este tema ha sido abordado en el presupuesto, su implementación y las consecuencias que podría tener para el plan económico en su conjunto, siguen siendo una incógnita que el mercado y la sociedad observan con atención.
El Presupuesto 2025, por lo tanto, se presenta no solo como un documento técnico, sino como una declaración de intenciones de la nueva administración de Javier Milei. La forma en que se implementen estas medidas determinará el rumbo de la economía argentina en un momento crítico de su historia reciente.