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VIDA Y ESTILO

El vino de Chianti, la Toscana y la leyenda del gallo negro

Uno más pintoresco que el otro, estos poblados con aires medievales sorprenden y atrapan ya que albergan bodegas y castillos ancestrales.

Chianti
Fuente: toscana.info

(Por Carolina Mena Saravia para El Intransigente).- La región de Chianti da su nombre al emblemático vino que se produce en sus terrazas sinuosas, con viñedos danzarines y un paisaje digno de historias medievales. No es para menos, sus vistas sorprenden con un recorrido por rutas angostas, valles y hondonadas jalonadas de olivares y viñas, donde las pequeñas ciudades que integran la región brindan refugio al viajero con lugares de ensueño.

La región de Chianti clásico se ubica entre Siena y Florencia, ciudades históricas que otrora fueron también rivales. Además, cuatro pueblos típicamente toscanos emergen entre las colinas: Greve in Chianti, Radda in Chianti, Gaiole in Chianti y Castellina in Chianti.

Uno más pintoresco que el otro, estos poblados con aires medievales sorprenden y atrapan ya que albergan bodegas y castillos ancestrales. Greve in Chianti es ideal para visitar su mercado de productos locales y su plaza triangular rodeada de construcciones coronadas por techos de tejas.

Radda in Chianti, con sus angostas callejuelas medievales e históricas bodegas. Gaiole in Chianti, con sus casas de color ocre y sus características fortalezas, y Castellina in Chianti, con sus construcciones de piedra y túneles que otrora eran utilizados para guardar el vino que producían. Si bien cada una de estas ciudades ofrece sus propias características, en realidad, las cuatro se presentan con un notable parentesco, el aire toscano del medioevo que les otorga un soplo de vida particular.

Chianti
Fuente: wine.com.mx

La leyenda del gallo negro

Cuenta la rica historia toscana que la rivalidad ancestral que mantenían las ciudades de Florencia y Siena fue el origen del emblema del gallo negro con el cual se conoce a la región, que encontró en una carrera la forma para marcar los límites de ambas.

Los caballeros representantes de ambas ciudades se pusieron de acuerdo y tomaron la decisión de enviar un emisario que saliera a la madrugada de cada una de las ciudades. El límite quedaría demarcado en el lugar donde ambos se encontrasen.

Ni lerdos ni perezosos, los florentinos resolvieron privar de comida a su gallo, de manera que el hambre lo hiciera cantar más temprano. Sucedió tal y como lo planearon, el gallo florentino despertó antes, y el caballero en cuestión emprendió el trayecto con bastante tiempo de anticipación que el sienés.

El resultado fue el previsto por los florentinos. Ambos caballeros se encontraron en Fonterutoli, a veinte kilómetros de Siena y a cinco kilómetros de Castellina in Chianti. Florencia había triunfado, la mayor parte del territorio le pertenecía. El gallo, símbolo de la vigilancia y la actividad, el valor y la abundancia, se convirtió en el sello del Consorcio del Chianti Classico, fundado en 1924, que adoptó este vigoroso animal de color negro como emblema, demostrando en esta ocasión que por mucho madrugar amaneció más temprano.

Chianti
Fuente: Arteleonardo

Castillos y más castillos, insignias de la región

Chianti está lleno de castillos, y la finalidad que perseguían era la de brindar protección, defensa y amparo en la ruta comercial entre Florencia y Siena. Decenas de torres salpican el paisaje con sus murallas y estructuras de piedras, que por momentos hacen sentir al visitante que está inmerso en plena Edad Media, con una estructura que oscila entre los siglos XI y XV.

Una rica historia para la delicia de sus vinos. El Castillo de Brolio, propiedad de la familia Ricasoli, ariete fundamental para el desarrollo del vino de la región, se encuentra ubicado en Gaiole in Chianti. Bettino Ricasoli, el Barón de Hierro, fue quien le dio al chianti la identidad que hoy conserva. Este castillo es quizá el que posee la historia más rica, siendo escenario también de batallas y acontecimientos históricos que cobraron mayor importancia durante los enfrentamientos entre Florencia y Siena. No en vano, Bettino Ricasoli es considerado el “inventor del chianti”.

Otro bastión importante de la región es el Castello di Verazzano, en Greve in Chianti, cuyos orígenes se remontan al siglo VII, aunque su arquitectura es propiamente del siglo XV. En ese majestuoso lugar nació Giovanni da Verrazano, explorador florentino conocido por buscar un paso hacia la India por el noreste a través de la costa atlántica en América del Norte. Su bodega es famosa por la calidad de sus vinos.

El Castello di Meleto, en las cercanías de Gaiole in Chianti, fue construido en el siglo XIII, y se constituyó en una defensa importante contra los ataques de la provincia de Siena. En la actualidad es posible rentarlo para eventos, un lugar ideal que conserva su arquitectura original.

En las afueras de Radda in Chianti nos encontramos con el Castello di Albola. Su estructura de piedra, conserva una prestigiosa bodega. Las escalinatas y los desniveles del terreno brindan una vista única del paisaje sembrado de viñedos. Albergó a varias familias de la nobleza a través de los siglos. También en las cercanías de Radda in Chianti se encuentra el Castello di Volpaia, con orígenes en el siglo XI en un caserío fortificado, también es un baluarte medieval, donde hoy se pueden degustar sus vinos orgánicos.

Toscana
Fuente: albola.it

Chianti, cómo te quiero

La variedad sangiovese es el corazón del chianti. Para que un chianti se precie de tal debe tener en su composición un setenta u ochenta por ciento de esta variedad, dependiendo de la zona en que se produzca. También pueden contener variedades italianas como colorino, canaiolo, o también cepas internacionales como merlot y cabernet sauvignon.

Distinguimos Chianti DOCG, el que se produce en la mayor extensión de la zona, el Chianti Classico DOCG, que tiene reglas más estrictas en cuanto a producción y envejecimiento, originario de la zona conocida históricamente como de Chianti Classico; el Chianti Riserva, con un envejecimiento base de dos años antes de proceder a la distribución; el Chianti Superiore, con normas más estrictas que la del Chianti DOCG, y el Chianti Gran Selezione, nobel categoría introducida en 2013, es el tope de gama de los chianti, con uvas que tienen una exhaustiva selección y el tiempo de envejecimiento debe ser al menos de treinta meses.

El color de un chianti es por lo general rojo brillante, oscureciendo a medida que el envejecimiento avanza. Posee un elevado nivel de acidez, convirtiéndolo en un compañero ideal para platos intensos como una buena pasta, estofados con carnes de caza y la tradicional “bistecca a la Fiorentina”. Sin olvidar los típicos quesos italianos como el pecorino, de oveja, o el parmigiano reggiano, perfectos para acompañar las salsas… eso sí, con un toque de chianti agregado a la cocción, lo convierte en el festín de los festines.