Gerardo Morales está atravesando la amargura del destierro y la derrota política, después de haberlo tenido todo. El exgobernador de Jujuy padece un año horrible, después del fracaso en la búsqueda de la Vicepresidencia y los rumores de infidelidad con su esposa. Eso tiene su impacto en la política local, donde su sucesor Carlos Sadir no lo respeta y para colmo, se hunde en las encuestas.
Seguramente, hace algunos meses Gerardo Morales se imaginaba manteniendo su influencia en la Provincia de Jujuy y pudiendo manejar a su gusto la administración que lo sucedió. Y a la vez, siendo una fiugra nacional dentro de la UCR, imponiendo sus tiempos respecto al lugar del partido en la oposición a Javier Milei. Pero nada le salió como quería, y está prácticamente en el olvido.
Un año de derrotas para Gerardo Morales
Una descripción letal pero certera de esta realidad la dio días atrás la periodista Rosario Agostini, que tiene su ciclo «Que viva la Pepa» todas las mañanas en Radio Trentina. Esta emisora jujeña suele seguir la actualidad política provincial, e hicieron énfasis en varios aspectos que molestan al exGobernador. El cual mantiene un silencio que solo rompió para largarse a llorar ante los rumores de infidelidad de su esposa Tulia Snopek.
Agostini se estaba refiriendo a los actos del 23 de Agosto, la jornada patriótica que más enorgullece a Jujuy. Allí estuvo presente la vicepresidente Victoria Villarruel y las autoridades provinciales. Lo primero que destacó la periodista fue que Morales estuvo haciendo lobby hasta personal para poder asistir al evento donde se inauguró el Cabildo en la ciudad de San Salvador de Jujuy.
La presentadora de Radio Trentina comentó que «Gerardo Morales quiere la foto» a pesar de que el lugar de anfitrión le correspondía a Sadir. Por ello, Agostini planteó que el radical «estaba haciendo las prácticas de guía turístico» para poder estar con Villarruel. «Nadie se anima a decirle que no, me da un poco de vergüenza ajena«, siguió en su análisis.
Otro punto del análisis del programa radial tuvo que ver con las elecciones 2025 que se vienen, y en las que aparentemente Gerardo Morales tiene intención de volver al ruedo político. Pero tendría en ello un gran escollo: el rechazo popular. «La interna radical entre moralistas y sadistas todos te dicen que no existe, que está todo bien. Pero está todo rotísimo y ya están todos pensando en la campaña«, indicó una columnista.
La interna en el Gobierno de Jujuy
«En el Gabinete están los moralistas y los sadistas. Dentro del Gabinete provincial, el Gobernador se guardó el Ministerio de Economía, porque es donde él pone el énfasis, en las finanzas de las provincias. Después los negocios lo dejó para los gerardistas. Canava es un gran negocio, que puede discutirse, pero hoy en el mundo el cannabis es el gran negocio», detalló.
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«Todos creen que puede haber una pequeña posibilidad de recuperar la imagen de Gerardo y sea candidato o por lo menos de pelear seriamente con su aval, algún candidato a la diputación nacional el año que viene», siguió. Lo que realmente fue impactante fue lo que reveló Rosario Agostini. «Desde el periodismo de Buenos Aires me preguntaban si realmente el que gobierna es Carlos sadir o Gerardo Morales. Y cuánto de poder le había quedado en la provincia, y me preguntaban si era factible una interna», confesó.
La triste realidad de las encuestas
«Hoy Gerardo Morales no tiene ningún cargo», destacó. «Sí usa oficinas del Estado, sí usa el Cabildo como si fuera de él, él cree que el Cabildo es de él, que el tren es de él. Toma decisiones, es cierto, hay funcionarios que le responden, no todos pero hay», agregó.
En su final, dejó la conclusión más dura. «Se fue vapuleado, distanciado del pueblo. Hoy mismo mide 8, 9 por ciento, tristísimo. Aquellos que lo quieren proponer como candidato, no lo expongan», pidió con clemencia Agostini. Incluso, se animó a decir que «hay encuestas que encarga el entorno de Morales que no se animan a decirle cuánto mide«, planteando que no supera los 10 puntos.
