La exprimera dama Fabiola Yáñez rompió el silencio este sábado y se refirió a su vida junto al expresidente Alberto Fernández y contó qué la llevó a denunciar al expresidente por violencia de género. Yáñez confesó que el disparador de la presentación ante el juez Julián Ercolini fue el “acoso telefónico, terrorismo psicológico” ejercido por el exmandatario sobre ella.
“Estuvo durante dos meses amenazándome día por medio con que si yo hacía esto, si hacía lo otro, se iba a suicidar”, detalló la exprimera dama en una extensa entrevista a Infobae. Asimismo, Yáñez, que se encuentra residiendo en España junto al hijo que tuvo con el propio Fernández, Francisco, y a su madre, se quejó de ser una mujer a la que “la gente no conoció” y “a la que nunca nadie defendió”.
Al principio de la entrevista, la periodista Tatiana Schapiro le preguntó cómo se encontraba, a lo que Yáñez contestó: “No sé. No hay palabras. Estoy pasando un momento como nunca antes imaginé. Por algo que no salió de mí, sino a raíz de la consecuencia de una causa. Sale del teléfono de otra persona. Yo nunca hubiese hecho una cosa como ésta porque jamás hubiese querido exponer a mi hijo o que mi hijo tenga que ver algo de esto algún día en su vida. Y ahora lo va a tener que ver y no salió de mí, sino de un teléfono de una causa por corrupción”.
Seguidamente, expresó que la situación que denunció fue algo “tremendo durante muchos años”. En esta línea, siguió: “Yo no puedo trabajar hoy. Porque había 45 millones de argentinos con indignación -y lo entiendo- por un montón de cosas. Pero también hay otra cuestión: a mí no me dejaban hablar. Cualquiera dijo de mí lo que quiso en televisión, en radio, en los diarios, en donde sea. Jamás nadie salió a defenderme, nadie me defendió”.
“Lo único que yo recibía como respuesta de la persona encargada de la prensa presidencial era: ‘No les contestes porque les das entidad’. Entonces la gente no conoce mi voz. La gente no conoce mi trabajo, no conoce nada de mí. La gente no me conoció”, lamentó la exprimera dama, quien acusó a Fernández de indicarle que, en su labor como primera dama e iniciativas de las que participó, “tenía que hacer lo que la persona encargada de prensa decía”. “Porque ellos sabían lo que decían y yo tenía que quedarme callada”, agregó.
El vínculo amoroso de Yáñez y Fernández y cómo se desmoronó todo
“Sí, muchos años. Más de 14 años. Me acordaba ayer. Esa foto en las redes sociales del compromiso que fue en París el 14 de mayo del 2016…”, dijo Yáñez consultada sobre cómo empezó su vínculo amoroso con el expresidente. Pero dijo no poder “contar exactamente lo que pasó” después. “Todas estas cuestiones las manifesté en el material que se grabó. Y así como yo tenía que resguardar mi integridad, por el miedo que tengo…”.
“¿Por qué podés contar lo que pasó?”, le preguntó la periodista, a lo que Yáñez le dijo: “Porque tengo que resguardarme y porque tengo miedo. Hoy tengo miedo de volver a mi casa. ¿Qué voy a hacer con mi hijo? ¿Por qué inhibieron todo el lugar? Para que no pudiera salir de mi casa. ¿Cómo vuelvo? ¿Qué hago con mi hijo y con mi mamá? Bueno, por ese miedo y por lo que grabé con quienes firmamos un contrato de confidencialidad”.
Consultada sobre si sufrió otra violencia además de la física, la exprimera dama se explayó: “Otra violencia a la que estuve sometida durante muchísimo tiempo es el acoso telefónico. Terrorismo psicológico. Esta persona estuvo durante dos meses -están todos los chats y muchas personas lo saben- amenazándome día por medio con que si yo hacía esto, si hacía lo otro, que se iba a suicidar. Eso no se hace, eso es un delito. ¿Cómo voy a estar yo entera para mi hijo si tengo a una persona diciéndome esas cosas? Día por medio, durante dos meses. Pero fue lo último que esta persona hizo”.
¿Hubo violencia económica? “La verdad es que no, pero sí viví una situación muy horrible. Cuando él no se dio cuenta que me estaba hablando, tenía el teléfono en altavoz y él dijo que mi mamá y mi hermanita eran… No voy a decir la palabra que utilizó… Que las estaba manteniendo. Cuando no tengo ni una empleada. Eso fue una manera de reclamarme una cuestión económica y despreciar a mi familia también. Mi hermana lo escuchó y se largó a llorar”, manifestó Yáñez.
“Por la fecha del chat todo indicaría que esto fue cuando vos estabas embarazada, ¿no?”, advirtió la entrevistadora, a lo que Yáñez replicó: “En realidad, lo peor fue el último año cuando me voy a vivir a la casa de huéspedes. Tuve que salir en pantuflas y bata e irme a la casa de huéspedes”. “No, pero no soportaba más. ¿Cómo una persona con tanta impunidad te hace una cosa así? Entonces ni siquiera le contestaba. Agarraba, me ponía la bata, las pantuflas y me iba a la casa de huéspedes”.
“Después tomé la decisión. En julio más o menos. Cuando empezaron a decir que estábamos separados, era verdad. Solo que no lo querían decir. Entonces, obviamente, si yo me iba de Olivos iba a ser un escándalo. Entonces, todavía queriéndolo ayudar, me voy a vivir a la casa de huéspedes, donde él cada vez que llegaba abría la puerta. Pero no es que me golpeaba la puerta para entrar. Abría la puerta así, de un portazo. Y yo ahí viví con mi hijo el último tiempo. Entonces empezaron desde antes de agosto, todas las semanas, a darme un cuento distinto: ‘Mañana te vas’, y así. Pero no me dejaron ir hasta el 2 de diciembre”, puntualizó.
De todas formas, aclaró que no consideró haber estado cautiva en Olivos. “No es que salía mucho, ustedes saben. A mí jamás nadie me vio en un restaurante, en un bar. Jamás, porque nunca salí a hacer esas cosas. Simplemente iba a la casa de una amiga. Pero me quería ir y no podía. Me inventaban una cosa todas las semanas para irme llevando”, expresó.