El esquema actual del tipo de cambio puede ser “insostenible”, advirtió el exministro de Economía Domingo Cavallo, quien criticó que «las últimas decisiones y declaraciones tanto del equipo económico como del propio presidente Javier Milei no demuestran urgencia en eliminar los controles de cambio y no parecen preocupados por aumentar las reservas, una condición necesaria para eliminar los riesgos de incumplimiento que todavía se reflejan en la magnitud de la tasa de riesgo país».
Si bien destacó las «buenas noticias» de las últimas semanas sobre la evolución de la inflación, también alertó sobre los efectos secundarios de la política de estabilización llevada a cabo por el ministro de Economía, Luis Caputo.
Estos efectos, asegura Cavallo, generan dudas sobre su sostenibilidad: «El ensanchamiento de la brecha entre la tasa de cambio implícita (CCL) y el tipo de cambio oficial (que muchos observadores interpretan como un indicador de apreciación excesiva en términos reales) y el agravamiento de la recesión».
El exministro de Economía sostuvo que, por el momento, para abordar el ensanchamiento de la brecha «el Gobierno ha tranquilizado a los mercados asegurando que eliminará las fuentes restantes de expansión monetaria, incluidas aquellas relacionadas con la compra de divisas por parte del Banco Central».
En tanto, para abordar el agravamiento de la recesión, Cavallo sostuvo que «el Gobierno espera que la desinflación en sí misma aumente los ingresos reales de los trabajadores y jubilados y genere una recuperación del consumo».
«Al mismo tiempo, está tratando activamente de convencer a los inversores reales para que anuncien y comiencen a implementar los proyectos que califican para el régimen de incentivos recientemente aprobado para grandes inversiones», resaltó. Al analizar lo sucedido en julio, señala que «los indicadores tempranos sugieren que la inflación siguió disminuyendo».
Devaluación controlada
Por otra parte, sostuvo que luego de la devaluación del tipo de cambio oficial en diciembre, «la decisión del Gobierno de mantener la devaluación controlada del 2% por mes como ancla nominal para alinear las expectativas de precios llevó a una apreciación gradual pero implacable del tipo de cambio real ponderado por el comercio». «Tal apreciación ahora genera dudas sobre su sostenibilidad a largo plazo», resaltó.
Dijo que tras alcanzar una brecha del 15% en marzo/abril, «la tasa de cambio implícita (CCL) volvió a depreciarse, ampliando la brecha a cerca del 50% en los primeros días de julio. Aunque dicha brecha bajó en las semanas siguientes y aún es relativamente baja en comparación con los picos vistos en la administración anterior, claramente representa un cambio en el ánimo del mercado con respecto al riesgo percibido del tipo de cambio, en parte vinculado a la estrategia monetaria para digerir el exceso de deuda del BCRA».
«Los índices de actividad líderes sugieren que la recuperación aún no está a la vista. Tanto la recaudación de impuestos vinculada a la actividad de junio como la producción de automóviles (ADEFA) sugirieron una continuación del fuerte declive anterior en la actividad. La tasa de crecimiento anual de los impuestos vinculados a la actividad cayó a -19,6% anual, incluso después de tomar un promedio móvil de tres meses para suavizar la serie temporal», analizó.
En ese sentido, sostuvo que «el Gobierno cree que la recesión era inevitable, dada el enorme esfuerzo fiscal necesario para lograr la reducción de la tasa de inflación». «Dado que el presidente Milei había anticipado esto durante la campaña electoral, la recesión y sus consecuencias sociales aún no parecen haber afectado su popularidad. Las encuestas muestran el mismo porcentaje de apoyo que recibió en las elecciones, pero será difícil mantener este apoyo si no aparecen pronto signos claros de recuperación económica», sostuvo.