La composición de la Corte Suprema es uno de los temas políticos del momento, con incertidumbre acerca del resultado final. Pero mientras los ojos están puestos en Ariel Lijo, un nombre irrumpe como una posible salida de «unidad» entre los distintos bloques del Senado y la voluntad del Gobierno de Javier Milei. Es el de Mariana Catalano, actualmente jueza de la Cámara Federal de Apelaciones de Salta.
Además de poseer un CV impecable, la magistrada cuenta con una cualidad producto de la biología: es mujer. Esa sería la bandera a levantar por muchos de los senadores (o sobretodo, senadoras), y le permitiría alcanzar los votos que hoy no obtiene Lijo. En las últimas semanas, el actual juez de Comodoro Py viene acumulando objeciones, la más resonante, la de la propia Vicepresidente Victoria Villarruel, y no parece segura su nominación.
Por eso, muchos en la política empezaron a pensar en nombres alternativos que puedan satisfacer la voluntad del Presidente Javier Milei de renovar la Corte Suprema, y superar el escollo de los dos tercios que exige la Constitución Nacional para los nuevos integrantes. Y allí aparece Catalano, reconocida en el Poder Judicial, pero sin los rechazos que reúne Lijo.
Catalano: un CV intachable y el cupo femenino
Mariana Catalano nació en Salta y realizó sus estudios en Buenos Aires y en Madrid, donde se graduó como Especialista en Derecho y Economía Ambiental y luego se convirtió en doctora en Derecho Constitucional. A esto se suman sus centenares de publicaciones en revistas académicas y jurídicas, y su rol como docente universitaria. Integra asimismo la Cámara Federal de Apelaciones salteña, una Provincia que alcanzó un hito nacional: se convirtió en la primera del país en modificar el régimen acusatorio, brindando más poder a los fiscales en las investigaciones.
Gracias a ese logro provincial, Catalano empezó a ser una figura más reconocida en el ámbito del Poder Judicial, a lo que se sumó su adscripción a la defensa del rol de la mujer en la Justicia. Por caso, siempre se destacó como «madre», e integra instituciones como la Asociación de Mujeres Jueces (AMJA). El complemento de su trayectoria jurídica, la procedencia federal y esa defensa del cupo femenino la hacen sumar posiciones dentro de los «Plan B» que el oficialismo podría considerar en reemplazo de Lijo.
Hace unos meses, se había mencionado a la doctora Mariana Catalano para otro relevante cargo nacional: la Procuradoría General de la Nación. El lugar de jefe de los fiscales está vacante desde 2017, cuando renunció tras las investigaciones en su contra Alejandra Gils Carbó y ni el gobierno de Mauricio Macri ni el de Alberto Fernández pudo reunir los dos tercios del Senado para nombrar a alguien. Por eso el Procurador Adjunto, Eduardo Casal, ocupa hace siete años ese rol de manera interina.
Por razones políticas, pese a que ambos cargos están vacantes y tienen la misma exigencia de votos por parte de la Constitución, el Gobierno de Milei decidió avanzar primero con la propuesta de Ariel Lijo, y de Manuel García Mansilla (éste en reemplazo de Juan Carlos Maqueda, que debería jubilarse a fin de año). Y por eso el Senado trata sus pliegos durante este mes. Pero el incierto devenir sobretodo del magistrado de Comodoro Py, podría alterar los planes respecto a la Dra Catalano.
Qué pasará con la nominación de Lijo
Por ahora reina la incertidumbre acerca de la suerte de Lijo. Este miércoles 21 de agosto realizó su exposición ante la Comisión de Acuerdos, y todavía no pudo reunir el dictamen que le daría la posibilidad de llegar al Recinto. Allí ni siquiera tiene garantizado el apoyo completo de La Libertad Avanza, con senadores como Paoltroni que reconocieron su rechazo. A eso se suma el veto del PRO y algunos miembros de la UCR. Y la gran incógnita, sobre Unión por la Patria, que si bien no manifestó todavía la negativa, tampoco alcanzó voces a favor del magistrado.
En esa línea, resuenan las expresiones de esta semana de Victoria Villarruel, que además de considerar que Lijo «no tiene los pergaminos suficientes» para alcanzar la Corte Suprema, ratificó su deseo de que sea una mujer la que ocupe el escaño actualmente vacante. En la misma línea, la senadora Carolina Losada, referente del bloque radical, le dijo al juez que él era «cómplice de que no haya mujeres» en el máximo tribunal.
Es de esperar, que salvo que Cristina Kirchner negocie lo contrario, al menos las referentes «feministas» del kirchnerismo como Juliana di Tullio y Anabel Fernández Sagasti expresen algo similar. Por todo esto, la figura de Mariana Catalano podría ser una prenda de unidad interbloque que rompa con las profundas divisiones de la política y le solucione el problema tanto al Gobierno como a la oposición.