La Secretaría de Energía reveló que durante la primera mitad de 2024, la producción de gas en Argentina fue la mayor en los últimos 17 años y se colocó 5,2% más arriba que en el mismo periodo de 2023. En total se produjeron más de 25 millones de m3 de gas entre enero y junio.
La secretaría comandada por Eduardo Rodríguez Chirillo registró un aumento significativo en comparación a su anterior periodo. La producción podría haber presentado esta mejoría por una serie de factores como la reducción de las importaciones de energías y un aumento en las exportaciones; sumado al aumento en las inversiones dirigidas a Vaca Muerta, lo que incrementó su productividad.
En el primer semestre del año, la producción de gas fue la más alta de los últimos 17 años para el acumulado en ese periodo.
— Secretaría de Energía (@Energia_Ar) August 1, 2024
En estos seis meses se produjeron 25.065 millones m3 de gas, lo que representó un aumento del 5,2% en comparación con el primer semestre del año anterior. pic.twitter.com/5p4vxDb3Xw
Gracias a las inversiones, la cuenca neuquina ganó territorio en el mercado de la producción de petróleo y gas. Sobre el primero, en 2013 representaba un 40% de la producción nacional; mientras que en 2023 ocupaba el 62%. Por otro lado, pasó de producir el 54% del gas en 2013 al 70% en 2023. Uno de los cambios que posibilitó también esta suba en la actividad fue la implementación de técnicas de extracción no convencional, que implica practicas como la estimulación hidráulica o el fracking para obtener hidrocarburos.
¿Qué es el Fracking?
La estimulación hidráulica o fracking es una práctica que se utiliza para estimular la producción en los pozos donde se extraen hidrocarburos. La práctica consiste en una inyección de agua a alta presión a través del suelo que produzca una nueva fractura en el fondo del yacimiento. Para lograr una mayor efectividad, el agua es mezclada con químicos que faciliten la perforación de la roca.
El fracking tiene sus detractores en los grupos ambientalistas, pues estos sostienen que el elevado consumo de agua, así como la utilización de diversos químicos contaminan las superficies en las que es usado, además de los daños que puede causar a los acuíferos cercanos.