Un nuevo informe sobre la situación económica y social de la Argentina reveló que la pobreza ha alcanzado el 54,9% y la indigencia el 20,3% en el primer trimestre de 2024. Chaco es la provincia más pobre del país y en contraste, la Ciudad de Buenos Aires aparece como el distrito con menos indigentes y pobres.
El informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA), bajo la dirección de la Universidad Católica Argentina (UCA) se basa en la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec, y muestra un incremento significativo respecto al año anterior. En el cuarto trimestre de 2023, los índices de pobreza e indigencia eran del 45,2% y 14,6% respectivamente. Estos números evidencian un deterioro acelerado de las condiciones de vida en el país.
El aumento en los índices de pobreza e indigencia ha sido especialmente pronunciado en ciertos aglomerados urbanos. Gran Resistencia, en Chaco, se destaca como la región más afectada, con un 79,5% de la población en situación de pobreza y un 38,6% en indigencia. En contraste, la Ciudad de Buenos Aires presenta los niveles más bajos, con un 25,5% de pobreza y un 8,5% de indigencia.
Estos datos subrayan una creciente disparidad entre las diferentes regiones del país. Otras áreas con altos índices de pobreza incluyen Formosa (72,1%), La Rioja (68,0%), y Santiago del Estero/La Banda (67,1%). Esta desigualdad regional es un desafío significativo para las políticas públicas que buscan abordar la pobreza.
La comparación con el primer semestre de 2023 revela un aumento preocupante. En ese período, los hogares pobres eran el 29,6% y la indigencia afectaba al 6,8% de las personas. Esto implica un incremento del 14,8% en pobreza y del 11% en indigencia en tan solo nueve meses, siete de los cuales han transcurrido bajo el gobierno de Javier Milei.
La falta de crédito internacional profundiza el ajuste en la Argentina
El informe de la UCA también destaca la responsabilidad del gobierno en la gestión de esta crisis. Los funcionarios argentinos se encuentran en una búsqueda constante de apoyo internacional, especialmente del Fondo Monetario Internacional (FMI), para enfrentar la situación. Sin embargo, la falta de soluciones efectivas hasta ahora ha exacerbado la precariedad económica.
En definitiva, los datos presentados por el ODSA pintan un panorama sombrío para Argentina. Con más de la mitad del país viviendo en la pobreza y uno de cada cinco argentinos en situación de indigencia, la necesidad de medidas urgentes y efectivas es imperativa. La magnitud de esta crisis requiere un esfuerzo conjunto de las autoridades nacionales e internacionales para revertir esta tendencia y aliviar el sufrimiento de millones de argentinos.