El Congreso podría enfrentarse a un desafío si el presidente Javier Milei decide vetar completamente la reforma previsional recientemente aprobada. Este veto obligaría a la ley a regresar al Congreso, donde tendría que ser ratificada por dos tercios de los miembros presentes en ambas cámaras, lo que representa un obstáculo considerable para quienes buscan promulgarla sin modificaciones.
Garret Edwards, abogado y miembro de la Fundación Libertad, explicó en una entrevista con Canal E las implicancias de este veto y el proceso que seguiría la ley en caso de que se intente un contra veto en el Congreso. Edwards señaló que «el presidente de la Nación tiene 10 días hábiles desde el momento en el que se aprobó por parte del Senado y se le comunicó» para decidir si vetará la ley, y si lo hace, «la reforma deberá volver a las comisiones originales, y luego ser votada con 2 tercios de los votos en ambas cámaras».
Este proceso de contra veto no es común en la historia reciente de Argentina. Edwards destacó que desde el retorno de la democracia en 1983, solo 36 leyes han sido revertidas por el Congreso después de haber sido vetadas. Esto subraya la dificultad de reunir el apoyo necesario para superar el veto presidencial, especialmente en la Cámara de Diputados, donde el umbral para lograr los dos tercios de los votos es considerablemente alto.
En el Senado ganaría la oposición, pero en la Cámara de Diputados el final es incierto
Para que el Congreso pueda efectivamente contrarrestar el veto de Milei, se necesitarían 172 votos en la Cámara de Diputados, si todos los miembros (257) están presentes. En la primera votación, la reforma previsional obtuvo 160 votos, lo que indica que sería un desafío alcanzar los dos tercios necesarios en esta cámara. En el Senado, la situación es más favorable para quienes apoyan la reforma, ya que la votación inicial alcanzó 61 votos, lo que supera el umbral de los 48 votos necesarios si todos los senadores están presentes.
La posibilidad de que el Congreso logre superar el veto presidencial sería un golpe para la administración de Milei, quien ha argumentado que la reforma podría amenazar el superávit fiscal del país. Un contra veto exitoso no solo obligaría al economista libertario a promulgar la ley en contra de su voluntad, sino que también podría debilitar su posición política y su capacidad para implementar su agenda económica.
El caso subraya la complejidad del proceso legislativo en Argentina, donde el equilibrio de poder entre el Ejecutivo y el Legislativo puede determinar el destino de políticas clave. La reforma previsional, una medida de gran impacto social y económico, se encuentra ahora en una encrucijada, y su futuro dependerá de la capacidad del Congreso para unirse y enfrentar la decisión de Milei.
