El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, volvió a cargar contra las redes sociales y las acuso de instigar a los conflictos internos en el país. A días de haber suspendido X, red social de Elon Musk, Maduro apuntó contra TikTok, red social china, y afirmó que busca instalar el fascismo en América Latina.
Nicolás Maduro afirmó durante un discurso que TikTok lo «sacó del aire» y le suspendió la posibilidad de transmitir en vivo hasta el 19 de agosto. Acto seguido, el mandatario venezolano acusó a la red social: «Los dueños de Tiktok a nivel mundial quieren promover la guerra civil en Venezuela, apoyan al fascismo en el mundo. Ellos tienen una alianza con Estados Unidos y el fascismo».
Maduro descendió a la locura y acuso a china de conspirar con estados unidos para bajarlo
— ElBuni (@therealbuni) August 12, 2024
La causa : le cerraron la cuenta de tiktok pic.twitter.com/6UI5u4fb6H
Además, presidente venezolano atribuyó la popularidad de Javier Milei a esta red: «Ellos son los responsables de la llegada de Milei al poder y de los fascistas«. Maduro sostiene que las redes sociales alimentan la postura de sus opositores, a quienes considera «fascistas», y los fuertes enfrentamientos entre civiles y miembros de las Fuerzas Armadas producto de las últimas elecciones presidenciales.
La lucha contra las redes sociales
La cruzada del chavismo contra las redes llegó al Congreso venezolano, donde el jefe legislativo, Jorge Rodríguez, impulsará grandes regulaciones contra las redes sociales y una ley contra el odio, que tendrá por objetivo reducir los espacios de difusión de la oposición. Rodríguez señaló: «Venezuela necesita comenzar a reglamentar el funcionamiento de las redes sociales«.
El paquete de reformas que tratarán en el Congreso, en palabras de los dirigentes chavistas, busca «cuidar y defender a la población del odio, de las expresiones de odio social, terrorismo e ideas fascistas e ideas de odio en las redes sociales». Además de estas regulaciones, el régimen de Nicolás Maduro también planteó regular las ONGs. La primera ley de este paquete, referida al financiamiento de las ONGs, ya fue aprobada en primer término. Esta nueva ley propuso multas de hasta 100.000 dólares que empresas, medios y organizaciones difundan información que «incite» al fascismo, a la vez que ilegaliza partidos opositores.