En una semana clave para la política argentina, tanto el oficialismo como la oposición trabajan intensamente para reunir las voluntades necesarias de cara a la sesión especial del miércoles en la Cámara de Diputados. En juego está la ley de movilidad jubilatoria, que fue vetada por el presidente Javier Milei días atrás, y que la oposición busca revertir, aunque el desafío es monumental. Se requiere una mayoría agravada de dos tercios de los presentes para lograrlo, un objetivo que parece complicado de alcanzar.
La disputa en números
La sesión especial ha sido convocada para el miércoles a las 10:00 horas, con la firma de bloques opositores como la Unión Cívica Radical (UCR), Encuentro Federal y la Coalición Cívica, quienes cuentan con el apoyo garantizado de Unión por la Patria (UP) y el Frente de Izquierda. Sin embargo, revertir el veto presidencial exige que la oposición obtenga 171 votos, es decir, las dos terceras partes de los presentes en el recinto al momento de la votación.
Por su parte, el oficialismo, encabezado por La Libertad Avanza (LLA) y respaldado por sus socios del PRO y el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), trabaja para garantizar el rechazo de la iniciativa. Para ello, necesita sumar 86 votos, una cifra que, aunque no tienen asegurada de entrada, podría alcanzarse si logran restar votos de la oposición a través de ausencias estratégicas.
La clave: los ausentes
En este contexto, informó NA, el éxito o fracaso de ambos bandos depende, en gran medida, de la capacidad para negociar ausencias entre las filas opositoras. La estrategia del Gobierno pasa no solo por garantizar sus propios votos, sino también por evitar que la oposición alcance el quórum necesario. Aquí, el oficialismo buscará influir en sectores de la UCR y del bloque Innovación Federal, con la mira puesta en restar apoyos a quienes intentan revertir el veto.
Este tipo de maniobras ya ha demostrado su eficacia en el pasado. Un ejemplo reciente ocurrió el 24 de abril, cuando la oposición no dio quórum en una sesión especial convocada por UP para debatir sobre el presupuesto educativo, a pesar de que la mayoría de los bloques compartían la necesidad de la iniciativa. La “mancha venenosa” del kirchnerismo ha sido suficiente para que sectores más dialoguistas de la oposición eviten mostrarse alineados a su agenda.
Unión por la Patria, un bloque importante pero no decisivo
Unión por la Patria, con sus 99 diputados, será el bloque que más votos aportará en la sesión. Sin embargo, el bloque peronista ha optado por no ser el convocante principal, dejando que sean sectores de la oposición moderada quienes lideren la propuesta, con la intención de evitar resistencias dentro del propio arco opositor.
A pesar de la cohesión dentro de UP, la posibilidad de revertir el veto parece lejana. La bancada radical, por ejemplo, no estará completa en la sesión. De los 33 diputados que aún tiene la UCR, varios podrían desmarcarse y no asistir, entre ellos Pamela Verasay y Lisandro Nieri de Mendoza, y otros como Francisco Monti (Catamarca), Roxana Reyes (Santa Cruz) y Mariano Campero (Tucumán). A esto se suma la reciente salida de Federico Tournier, quien conformó un monobloque aliado al oficialismo.
Innovación Federal y otros actores clave
Otro bloque crucial será Innovación Federal, cuyos ocho integrantes han jugado un rol de aliados del Gobierno en las últimas votaciones. La gran incógnita es qué posición adoptarán en esta oportunidad. El resultado podría depender de las negociaciones con los gobernadores y de las alianzas que se tejan en los días previos a la sesión.
Mientras tanto, Ricardo López Murphy de Encuentro Federal también podría jugar a favor del Gobierno con su posible ausencia, aunque su posición final aún no está confirmada.
Conclusión
El miércoles será una jornada decisiva para el destino de la ley de movilidad jubilatoria. Si bien la oposición cuenta con un bloque numeroso y heterogéneo, lograr los 171 votos necesarios parece una tarea titánica, especialmente si el Gobierno logra “bajar” algunos diputados. La batalla legislativa se juega no solo en el recinto, sino también en los despachos, donde las negociaciones están a la orden del día. Las matemáticas y las ausencias serán claves en una sesión que podría definir una de las políticas más relevantes del Gobierno de Javier Milei.