Catamarca.- (Por Juan Carlos Andrada) El crimen del exministro de Catamarca, Juan Carlos Rojas, generó una honda conmoción en la provincia. Y en las últimas horas, se conocieron novedades que van a impactar en la causa. El Intransigente pudo saber que la investigación judicial suma volumen y estaría llegando a las 10 mil fojas.
Fuentes judiciales dejaron trascender que se ha pedido a Google y WhatsApp información relativa a la actividad electrónica en la casa de “Rojitas”, y en cercanía a ese domicilio, para tratar de reconstruir las últimas horas del entonces funcionario del gobernador Raúl Jalil. La investigación es multidisciplinaria y compleja, pero al parecer “todos los caminos conducen a Roma”: el homicidio tiene relación directa con el cargo que ocupaba en el Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia.
A partir de la permeabilidad del Ministerio público sobre algunos elementos de prueba, como por ejemplo la extracción forense de celulares, se acercaron algunos términos que son de interés para la investigación. Efectivamente, la querella está haciendo una sucesión de presentaciones y efectuado una serie de aportes técnicos y periciales que pretenden explicar cómo fue asesinado y qué le pasó a Rojitas momentos previos a su muerte.
Los hallazgos de algunos estudios tienen que ver con la dinámica de lo ocurrido aquel luctuoso día, y sin duda generan incomodidad en el proceso. En esta lógica, se ha pedido un informe a Estados Unidos, donde, a través de un geovallado, se pretende obtener información relevante sobre todos los procesos digitales que se han producido dentro de cuatro puntos, radio que crea un área circular, o valla, alrededor de la ubicación del teléfono del difunto.
La geovalla combina la ubicación del usuario con la proximidad del usuario a ubicaciones que podrían ser de su interés. Los hallazgos de algunos estudios tienen que ver con la dinámica de lo ocurrido los días 3 y 4 de diciembre de 2022.
Desde el minuto inicial hubo groseros errores en la investigación, al punto que fuentes oficiales dijeron que Rojitas había muerto por causas naturales, pero el caso dio un giro cuando se le practicó la segunda autopsia al cuerpo del ex ministro, donde se determinó que el funcionario provincial había sido asesinado brutalmente.
El fiscal Palacios fue sometido a un jury pero salió victorioso, a pesar de haber dicho y hecho barbaridades judiciales. La bestia sigue trabajando. Aquí no pasó nada. El Intransigente recuerda que, sugestivamente la Dra. Andrada después de la autopsia, se encontró a solas con la ministra Fabiola Segura, dicen en la casa de la titular de Seguridad de Catamarca.
Entretanto, a la familia de occiso se le mintió en la cara, y fue la última en enterarse de que su papá no había muerto naturalmente, sino que le habían arrebatado la vida violentamente luego de ser retenido y torturado por los criminales.
¿La Dra Andrada consultó al gobierno peronista qué hacer, o simplemente informaba al oficialismo gobernante para que tome sus recaudos? ¿Protocolo? ¿Afinidad política? ¿Complicidad? ¿La ex diputada barrionuevista se comunicó con Jalil y el Gobernador la derivó con la ministra de Seguridad? ¿Por qué hacerlo en privado? ¿A solas? ¿Qué escondían o de quién se escondían? ¿Por qué no se les dijo la verdad a los hijos de Rojitas desde el primer momento?
El temor que se va confirmando con el paso del tiempo es que esos errores de primera hora en la investigación fueron adrede para encubrir el asesinato de Rojitas para siempre. Razones inconfesables del gobierno jalilista que implicó sentar de repente en el sillón caliente del controvertible ministerio al sobrino de Luis Barrionuevo, al mismo tiempo que poner en marcha un enorme operativo de contención de daño que comprende a los Tres Poderes y la prensa.
