El papa Francisco encabezó este viernes un encuentro con dirigentes de movimientos sociales -entre quienes se destacó Juan Grabois- en el Vaticano, el cual se destacó por dos tópicos abordados por el Santo Padre: las fuertes críticas al gobierno de Javier Milei y la denuncia de un pedido de coima de un ministro a un inversor, si bien sobre esto último no precisó ningún nombre propio.
En este sentido, un exembajador argentino salió a reclamarle al jefe de la Iglesia Católica que “informe el nombre del empresario y el funcionario involucrados”. Se trata del diplomático Diego Guelar, quien a través de su cuenta de X (antes Twitter), aseveró: “Un FISCAL debe actuar de oficio y solicitar al Papa que informe el nombre del empresario y el funcionario involucrados”.
Qué dijo el papa Francisco sobre la supuesta coima
El papa Francisco se encontraba argumentando su afirmación de que “el diablo entra por los bolsillos”. Fue allí cuando puso como ejemplo a la Argentina. Según relató, un emprendedor internacional que estaba haciendo unas inversiones de extensión en Argentina le contó que fue a presentarle su plan a un ministro. “Lo atendió muy bien y le dijo: ‘Déjemelo, ya lo van a llamar’”, contó.
El Sumo Pontífice remarcó que al día siguiente, el secretario de ese ministro se comunicó con el inversor y lo invitó a “pasar en dos días para entregarle el permiso”. “Le entregó los papeles y la firma… y cuando él (por el inversor) se estaba por levantar, le dice: ‘¿Y para nosotros, cuánto?’… La coima. El diablo entra por el bolsillo, no se olviden”, sentenció Jorge Bergoglio.
El Santo Padre no dio ningún detalle sobre si ese funcionario pertenecía a la gestión de Javier Milei o si se trataba de un gobierno anterior. Puso ese ejemplo del pedido de coima después de reclamar “buenas políticas, políticas racionales y equitativas que afiancen la justicia social para que todos tengan tierra, techo, trabajo, un salario justo y los derechos sociales adecuados”.
Para Bergoglio, “muchas veces son precisamente los más ricos los que se oponen a la realización de la justicia social o la ecología integral por pura avaricia”. En ese sentido, agregó: “Disfrazan esta avaricia con ideología, pero es la vieja y conocida avaricia. Entonces, presionando a los gobiernos para que sostengan malas políticas que los favorecen económicamente”.