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ECONOMÍA

Domingo Cavallo analizó el proyecto de Presupuesto 2025 de Javier Milei e hizo algunas advertencias

El exministro de Economía compartió en su blog personal un extenso análisis realizado la última semana en un seminario.

Domingo Cavallo

El exministro de Economía durante el menemismo, Domingo Cavallo, analizó el proyecto de Presupuesto 2025 presentado por el presidente Javier Milei en el Congreso de la Nación. En este sentido, Cavallo, considerado el ‘padre de la Convertibilidad’ y siempre alabado por el líder de La Libertad Avanza, destacó algunos aspectos de la iniciativa, aunque también realizó algunas advertencias.

En su blog personal, Cavallo compartió su presentación en un seminario organizado por GlobalSource Partners, donde destacó la “audacia” del Gobierno nacional para hacer cumplir el ajuste fiscal, pero advirtió sobre el desafío que implicará a futuro reemplazar los ingresos provenientes del impuesto PAIS cuando éste se dé por finalizado a fin de año. También esbozó dudas sobre cómo Milei y su equipo afrontarán la tasa de inflación y la refinanciación de la deuda en el mediano plazo.

Cavallo planteó que el Gobierno nacional tiene “dos obsesiones centrales” que giran sobre el equilibrio absoluto de las cuentas fiscales, “la eliminación de la expansión monetaria para erradicar la inflación”, y la desregulación de la economía. En torno al primer punto, consideró que “es posible encontrar diversas debilidades en el ajuste fiscal proyectado”.

No obstante, evaluó: “Dado la determinación del presidente Milei y de la audacia con la que enfrenta a los pedidos de aumentos de gastos y los reclamos por los recortes presupuestarios, es posible que en esta materia, el gobierno pueda cumplir con su objetivo en relación al gasto primario y las metas de recaudación”.

Cavallo admitió, a su vez, que “surgen más dudas sobre las erogaciones por intereses” de la deuda. “Los intereses que se pagan por la deuda en dólares en 2025 ascienden a cerca de US$ 9 mil millones y los que se pagan por la deuda en pesos es de 1.300 millones. La suma de ambas cuentas de intereses representa 1,3% del PBI de 2025, coincidente con los pagos de intereses que se consignan en las cuentas fiscales”, puntualizó.

“Pero la factura de intereses en pesos está claramente subestimada porque tanto en 2024 como en 2025, el Tesoro renueva su deuda en pesos emitiendo letras con los intereses cargados, de tal forma que no aparecen como intereses pagados, sino que simplemente van cargando sobre el stock de la deuda”, advirtió el economista.

Seguidamente, resaltó: “Suponiendo una tasa real de interés del orden del 3%, la deuda en pesos que vence en 2025 y que seguramente se refinanciará, debería estar devengando intereses por alrededor de 2% del PBI. Con una contabilización normal, los intereses del 2025 deberían ascender a 3,3% del PBI (la misma cifra que en 2023) y el déficit financiero no sería cercano a cero sino del orden del 2% del PBI”.

Cavallo también apuntó que “nadie duda que los vencimientos de capital en lo que resta del año 2024 van a poder refinanciarse”, y contempló que “aunque hay más dudas sobre los vencimientos que vencen durante 2025, el Ministerio de Economía considera que también podrán refinanciarse”. Acto seguido, cuestionó que la base monetaria haya pasado de 10 mil millones enero a alrededor de 23 mil millones en septiembre de 2024, “a pesar de que no existió déficit fiscal alguno” durante ese lapso.

En otro pasaje de su análisis, puntualizó sobre el impuesto PAIS. “Dado que el Gobierno ha reducido ya el impuesto país y terminará de eliminarlo para fin de año, surge la duda de cómo será reemplazado el ingreso que ese impuesto significó en 2024?, dijo. “En el proyecto de Presupuesto 2025 se indica que el reemplazo provendrá de los impuestos a los combustibles y al dióxido de carbono que aumentará 155% en comparación con lo recaudado en 2024 y de los impuestos sobre las exportaciones cuya recaudación se estima el doble que en 2024 (100% de aumento)”, precisó.

Respecto a la deuda, dudó sobre cómo el gobierno de Milei afrontará la refinanciación de los vencimientos de la deuda en dólares que vence en 2025, la cual asciende a US$ 9.216 millones. “Aún no está claro cómo se logrará. En los planes del Gobierno está desde un nuevo acuerdo con el FMI que al menos signifique desembolsos equivalentes a los pagos que deberán hacerse a esa institución, como ocurrió con el acuerdo que está venciendo y con swaps que podrían garantizarse con títulos de deuda a largo plazo y, de ser necesario, con parte de las tenencias de oro del Banco Central”, se explayó.

No obstante, advirtió: “El Gobierno no cuenta con que antes de 2026 se abra el mercado de capitales para Argentina con tasas de interés de un dígito porque no está dispuesto a eliminar completamente el cepo cambiario, algo que sería indispensable para lograr que se desmorone el riesgo país”.

En esa línea, Cavallo destacó que para el pago de los intereses en dólares, los cuales ascienden el año próximo a US$ 8.047 millones, el Gobierno contará “con los recursos fiscales en pesos, tal como lo prevén las cuentas fiscales”, al tiempo que espera que ingresen suficientes dólares del superávit comercial al Banco Central.

Sobre esta cuestión, Cavallo calificó de “optimistas” las proyecciones oficiales en materia de comercio exterior. “Para 2025 se prevé un superávit comercial de 20,748, apenas inferior al de 2024?, puntualizó. Y subrayó: “Pero la cuestión relevante radica en cuánto de este superávit comercial se transformará en ingresos netos al mercado controlado por el Banco Central, teniendo en cuenta que el 20% de las exportaciones, prácticamente equivalente al superávit comercial, de no cambiar la política cambiaria vigente, se liquidarán en el mercado CCL”.

“En este dilema radica la posición del staff del FMI, que desde el informe que siguió a la evaluación del cumplimiento de las metas al cabo del primer trimestre, viene insistiendo en que se elimine el dólar blend exportador y se compense con un ajuste cambiario equivalente. De hacerse pari pasu con la reducción del impuesto país, hasta su completa eliminación a fines de año, ese ajuste cambiario sería una devaluación perfectamente compensada que no tendría que provocar ningún efecto sobre la tasa de inflación”, concluyó.