La carne vacuna en la Argentina ha mostrado una baja de precios del 16% en términos reales, si se compara los valores de julio 2024 con los de diciembre de 2023. Sin embargo, esta baja del precio se debe principalmente a la pérdida de poder adquisitivo del consumidor y a una reducción de la demanda interna.
La incidencia de la carne en la inflación se ha reducido notablemente, pasando de aportar 2,2 puntos porcentuales a la tasa mensual en diciembre, a tan solo 0,11 puntos en julio, algo que puede verse reflejado en el Índice de Precios al Consumidor (IPC).
No obstante, el informe del INDEC advierte que esta baja en cortes como cuadril, paleta, asado, carne picada y bife se debe en parte a la fuerte caída en el consumo de carne vacuna, que se redujo un 20% en el primer semestre del año, alcanzando niveles históricos mínimos. Esto ha llevado a muchas familias a optar por alternativas más económicas, como el pollo o el cerdo, para ajustar sus presupuestos.
A pesar de la baja reciente, los precios de la carne vacuna no son precisamente «baratos» si se comparan con el pasado. El valor de julio de 2024 es similar al promedio histórico entre 2007 y 2023, lo que indica que, aunque ha habido una caída en los últimos 7 meses, el precio sigue siendo elevado en relación a otros alimentos. Además, el costo de la carne en el primer semestre del año fue un 6% mayor que el promedio histórico en términos reales.
De cara a los próximos meses, hay incertidumbre sobre lo que sucederá con los precios de la carne. Si bien algunos sectores esperan que los valores continúen bajando y contribuyan a la desaceleración inflacionaria, otros analistas prevén un posible repunte. Esto dependerá, en gran parte, de la recuperación económica y de cómo evolucionen los patrones de consumo de las familias argentinas.
El dato negativo: la producción de carne bajó en el 2024
La oferta de carne también juega un papel importante en este panorama. Según el INDEC, la producción de carne cayó casi un 9% en los primeros siete meses del año. Esta reducción en la oferta, junto con el aumento del costo de la hacienda, podría generar presiones alcistas sobre los precios en los próximos meses. De hecho, las vaquillonas y novillitos en el mercado de Cañuelas han mostrado subas del 7 al 8% en términos reales.
Por otro lado, la faena de animales ha disminuido en comparación con el año anterior, lo que indica que la producción de carne cerrará el 2024 por debajo de los niveles récord alcanzados en 2023. Además, se espera que los costos de producción aumenten en los últimos trimestres del año debido a la valorización de la hacienda en pie. Estos factores podrían generar un incremento en los precios de la carne al consumidor.
Finalmente, otro factor a considerar es el impacto de la exportación. La reciente reducción de aranceles sobre productos y subproductos cárnicos podría incrementar la demanda internacional, lo que presionaría aún más los precios internos. Frente a este escenario, es probable que el precio de la carne vacuna en las góndolas suba en los últimos meses de 2024, aunque todo dependerá de la evolución de la oferta y la demanda en el mercado local.
