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ESPECTÁCULO

Los vinos de Francis Ford Coppola

El famoso director de cine es uno de los bastiones más esmerados entre los amantes del vino y sus productos son verdaderos emblemas de los vinos californianos.

Francis Ford Coppola, el afamado director, productor y guionista de cine, es también reconocido por su pasión por el vino. Tal es así que hoy en día es también un exitoso productor vitivinícola. Sus raíces italianas, donde el vino constituye una parte esencial de la vida cotidiana, tienen tanto peso como su compromiso estético. En efecto, el vino, el arte y la preocupación por el ambiente son tres pilares clave para comprender la historia de su faceta vinícola, fuertemente arraigada en Sonoma y Napa.

Sin dudas que el éxito de su empresa debió atravesar severos riesgos y altibajos, pero Coppola siempre mantuvo una visión enfocada, tal como es su estilo. El director declararía: “La producción de vino y el cine son dos notables expresiones del arte».

Si bien, en los últimos tiempos muchas celebridades optaron por emprender en el mercado vitivinícola, el caso del director de «El padrino» tiene larga data. Ya en la década del setenta, Coppola adquirió la bodega Inglenook, en el Valle de Napa, California. Asimismo, en 2007, compró el antiguo Château Sovereign, que hoy en día es mejor conocido como Francis Ford Coppola Winery. Aquí se producen vinos con de cuerpo característico y que gozan de gran reputación en toda California. Francis Ford cuenta con el acompañamiento del diestro enólogo Corey Beck. Por cierto, Beck ha creado ya varias composiciones notables de vino a lo largo de su carrera y fue laureado como «Enólogo del Año» en 2012. En la bodega, Coppola es capaz de demostrar toda su creatividad y sus conocimientos profesionales adquiridos.

Los orígenes

La primera adquisición vinínicola de Coppola estuvo determinada por un anhelo estético del director por aquellos años: la búsqueda de lo bucólico. Esta expresión es fácilmente reconocible en dos de sus películas más notables: “El padrino” y “Apocalypse Now”. Francis Ford Coppola ganó suficiente dinero gracias al éxito de la primera de aquellas cintas como para ofertar en la subasta de la histórica estancia Inglenook en 1975. En un principio parecía solo ser un intento frustrado, ya que perdió la subasta a empresarios inmobiliarios. Sin embargo, estos empresarios supieron que, de acuerdo con las restricciones del Condado de Napa para la protección de viñedos, no podrían proceder con la construcción de condominios. Inglenook, la marca, la estancia y los vinos encarnaba la historia misma del vino de California.

«Persevera y triunfarás»

Coppola no dio el brazo a torcer y consiguió comprar más de 607 hectáreas a los desarrollistas inmobiliarios. Esta transacción constituyó asimismo un gran riesgo, pues estaba a punto de iniciar la producción de «Apocalypse Now», que los más incrédulos predecían su fracaso. Sin embargo, la película fue un éxito rotundo. Coppola consiguió pagar la hipoteca y se embarcó en la producción vitivinícola. Sin embargo, no le fue posible utilizar el nombre Inglenook, pues era propiedad de un conglomerado de empresas tales como Big Wine. Asimismo, Canandaigua Wine Company poseía los derechos de la marca y 38 hectáreas en el núcleo de la estancia histórica para 1994.

Determinado a reunir la Inglenook de antaño, Coppola pudo negociar y comprar la propiedad por una cuantiosa suma de dinero en 1995. Fue entonces que optó por renombrarla Niebaum-Coppola Estate Winery y, posteriormente, Rubicon Estate Winery. El nombre Inglenook, sin embargo, seguía siéndole esquivo. En 2006, la familia Coppola adquirió el histórico Château Souverain en el Condado de Sonoma, haciéndolo el hogar de los vinos de su entonces popular «Diamond Collection». Esta se convirtió en la Francis Ford Coppola Winery. ¿Pero qué ocurrió con Inglenook? En 2011, Coppola pagó una suma histórica por la marca, forjando así su imperio vitivinícola: Souverain e Inglenook, Napa y Sonoma.

Algunos de sus vinos

Las bodegas de Coppola producen una cuantiosa variedad de vinos: tintos, blancos, espumantes y rosé. De Inglenook, destacan el 2018 Inglenook Rutherford Sauvignon Blanc y el 2017 Inglenook Cabernet Sauvignon. Por otro lado, de su Diamond Collection de Francis Ford Coppola Winery, sobresalen el 2019 Cabernet Sauvignon y el 2019 Claret, un blend de Burdeos. Sendos ejemplos están pensados para un consumo temprano, preferentemente con alimentos. Así también lo es el 2021 Sauvignon Blanc, con sus aromas a citrícos, pomelo rosado y durazno fresco. Para el tope de gama podemos destacar el 2019 Director’s Cut Cabernet Sauvignon elaborado con pura fruta de Sonoma County. Los vinos Director’s Cut están pensados para expresar el terroir local de California.