Una triste noticia se dio a conocer en las últimas horas: Antoñito, el hijo de Luis Ventura y Fabiana Liuzzi, debió ser internado de urgencia en el Sanatorio Trinidad de Palermo. El pequeño, que padece una encefalopatía crónica, empezó con un malestar de salud el pasado domingo luego de tener problemas con un medicamento.
En A la tarde, el ciclo conducido por Karina Mazzocco para América TV, Luis Ventura dio detalles al respecto y no pudo contener las lágrimas: «Es un niño que nació de forma prematura, pesando 700 gramos, que tuvo su complejidad desde su nacimiento, que estuvo en incubadora y con elementos complementarios para formar un cuerpito que hoy es el cuerpazo de un hombre. Hoy tiene 10 años».
«Es confuso el diagnóstico. Te dicen que es una rama de autismo y te dicen que tuvo infartos en uno de los hemisferios del cerebro, que le dejaron heridas que van cicatrizando y de a poco recuperando funciones. Por ejemplo el habla. Yo tengo un hijo de diez años que no habla todavía. Emite sonidos pero se hace entender cuando tiene hambre, quiere hacer pis, o está enojado», contó el periodista.
«Hay que saber hablar es ese lenguaje, porque si no lo interpretás, te comés que tiene un episodio y es un enojo. Un episodio es un estallido, son explosiones que no sabés si realmente le duele algo o es un enojo porque los mayores no sabemos interpretar qué le pasa. Entonces es una observación permanente de su crecimiento», siguió.
«Tiene una madraza que está las 24 horas. Se ha dado una instancia de cambio de medicación por parte de nuestro neurólogo Alejandro Andersson. En función de la observación de la mamá se le cambió la medicación en la búsqueda de eliminar uno de los medicamentos que controlaba los ataques psicóticos que podía llegar a tener», expresó Luis Ventura sobre Fabiana Liuzzi.
«El problema es que cuando él tiene esos estallidos, ya no es un niño que vos podés controlar. Es un hombre que desborda a su mamá porque ya está formado, tiene masa muscular y yo, que jugué toda la vida de manos con mis hijos varones, eso hoy se me ha vuelto en contra porque en el mano a mano con mi hijo él me desborda, me muerde o me clava las uñas», continuó.
«A mí no me incomoda, pero muchas veces le toca a él. Él mismo en esos estallidos se auto flagela, cuando le duele la cabeza se golpea la cabeza contra la pared por ejemplo. Esas cosas te llevan a preocuparte y a estar las 24 horas pendiente de él. Tiene su asistencia e instituto. Antoñito es un personaje, tiene su órbita, su universo. Los médicos dicen que a futuro Antoñito tiene todo por crecer y que no tiene techo. Esto genera conflictos internos y desencuentros entre los padres, me encuentro en situaciones de desventaja. Antonito es una esponja, vos le tiras un ladrillo y él lo convierte en una flor», sentenció.