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POLÍTICA

Raúl Jalil y su familia tomaron la obra social pública en Catamarca: solo les falta tener el servicio fúnebre

Todo sucede en el edificio de la Obra Social de los Empleados Públicos (OSEP) catamarqueño.

CATAMARCA.-(Por Juan Carlos Andrada). Una imagen vale más que mil palabras, dice la frase, y ni hablar si son varias imágenes. Un documento exclusivo de El Intransigente muestra el dominio que ejerce la familia del gobernador Raúl Jalil en Catamarca. Incluso trascendiendo la órbita de las competencias del Gobierno y arrasando hasta con la Obra Social.

Lo que se temía ya se puede confirmar: la Corporación Jalil tomó la OSEP y la usa de apéndice de sus negocios millonarios con la salud. En la primera foto, se ve a uno de los hermanos del gobernador Raúl Jalil en el edificio de la Obra Social de los Empleados Públicos (OSEP).

La segunda foto son precisamente las cajas con expedientes que la obra social pública le debe pagar a los Jalil. En la avanzada del sector privado sobre el Estado se contempló un “Comité paralelo” que funciona en el Pasteur con “médicos que están de los lados del mostrador” y que le niegan las derivaciones a los afiliados de OSEP a otras provincias (los auditores de OSEP pintados) para que pueda facturarlo la Corporación. Lo último había sido monopolizar los medicamentos de alto costo en la Red de farmacias de los Jalil. Solo les falta el servicio de sepelio para quedarse con todo.

Una vez que el paciente ingresa a las clínicas del Gobernador de Catamarca, la Corporación acciona una suerte de “exprimidor” del afiliado de OSEP haciéndole varias veces los mismos análisis e incluso haciendo figurar estudios que jamás se realizaron. Eso se factura quincenalmente, y es tal la cantidad de cajas con expedientes a cobrar por la Corporación Jalil que se requiere de un espacio exclusivo para ir apilándolas. Amerita que Andrés “el Tronco” Jalil visite personalmente la obra social para apurar el desembolso.

Aclaramos que la OSEP no le paga directamente a las empresas, se le abona al cuestionado Círculo Médico y esta última entidad le transfiere a Clínicas y Sanatorios. Recordamos además que hay diferentes niveles de facturación: están las órdenes de consulta común, por otro lado los estudios ambulatorios y luego lo que es internado, es decir nivel de alta complejidad, cirugía.

Raúl Jalil prioriza pagarse él o a la Corporación antes que a otros centros de salud. Los afiliados de OSEP pueden corroborar que en Catamarca no se cortan los servicios pero sí se interrumpen justamente por falta de pago en Córdoba y Buenos Aires para la gente que milagrosamente logra la derivación después de peregrinar bastante en la Obra Social pública y en el Pasteur de acuerdo a los testimonios de afiliados que levantó El Intransigente.

Es que evitando la derivación a otras provincias, los pacientes deben atenderse sí o sí, obligadamente, arbitrariamente, en las Clínicas y Sanatorios de la familia del Gobernador, circuito político económico ya muy bien aceitado con el pago correspondiente por parte del Estado a la Corporación Jalil con fondos públicos.

En la toma por asalto de la obra social por parte de la familia del Gobernador, lo mencionado antes: OSEP tiene sus médicos auditores pero si un paciente quiere ser derivado, la OSEP comienza con la burocracia y luego lo manda al Pasteur para ser evaluado por profesionales que están vinculados política o laboralmente a la Corporación Jalil.

La orden del Gobernador es no derivar, evitarla, negársela al paciente para forzarlo a quedarse y poder facturarle a la obra social pública. Para el afiliado no es lo mismo porque, mientras para estos empresarios y médicos es una cuestión de dinero, en muchos casos se debaten entre la vida y la muerte. Los médicos del Pasteur tienen que autorizar la derivación, no importa que digan los otros profesionales del medio e incluso los auditores de la obra social pública.

Es como una auditoría paralela donde el poder de decisión lo tienen los médicos de la clínica de Gobernador, no los de la OSEP. Incluso es tal el descaro que los algunos profesionales prestan servicio al mismo tiempo en la obra social publica y en las clínicas de Raúl Jalil.

La salud en Catamarca es un negocio, que es casi lo mismo que decir que si no tenes plata te moris o que la salud no es un derecho o que tu vida depende de la Corporación Jalil. De hecho hay hasta un grupo de WhatsAppp de médicos -también con la misma lógica- que ubican a los pacientes derivados del interior de los hospitales públicos al Pasteur o el Junín previa pregunta por supuesto si tiene obra social. Usan el aparato estatal para captar pacientes/clientes.

Al director de la Obra Social de los Empleados Públicos (OSEP) Leopoldo Marchetti, no le importa la OSEP está para garantizar los negocios de la Corpo. Sin mencionar que cambia de vehículos seguido y que no tiene drama en ir a laburar en uno distinto todos los días, el mayor de los descaros. Se puede decir que son médicos y contadores con sus “kiosquitos” o curritos, armando oficinas, refaccionando, comprando servicios, etc, etc. Y en cierta medida mientras sean útiles a la Corona, no deben preocuparse por el cargo. Otros comprometidos con el doble juego son el doctor Campazo y la Dra Unzaga.

Algunos profesionales tienen un pie en el Pasteur y otro en la obra social de los empleados públicos. El malestar es de los empleados que viven de manera directa las injusticas y la corrupción pero también del gremio. Las farmacias al estar el 80% en manos de los Jalil, es otro negocio redondo del Gobernador. Es lo primero que se paga desde OSEP. Farmacia es lo que más factura hoy en día.

Por caso la medicación oncológica que antes la compraba la obra social fue tercerizada y entregada al sector privado. Una droga oncológica cuesta 2, 4, 6 millones de pesos. Sale mucho más un medicamento que una cirugía o una prótesis. Los medicamentos de alto costo no se consigue en farmacias de barrio, hay que ir a… las sucursales de la Red Colón, propiedad de…