La inflación de agosto sorprendió con un aumento del 4,2%, por encima de las expectativas del mercado. Sin embargo, las proyecciones para septiembre muestran un panorama más alentador, con la posibilidad de una baja considerable en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que podría situarse por debajo del 3,5%, según las últimas estimaciones.
Uno de los principales factores detrás de esta desaceleración inflacionaria es la reciente reducción del Impuesto PAIS. El gravamen, que afectaba a bienes y servicios importados, pasó del 17,5% al 7,5%. De acuerdo con un informe de la banca estadounidense JP Morgan, esta medida podría tener un impacto directo en la reducción de la inflación, contribuyendo a una caída de entre 0,6% y 0,7%.
Este pronóstico es compartido por varias consultoras locales. EcoGo, dirigida por la economista Marina Dal Poggetto, estima que la inflación de septiembre rondará el 3,4%. Según Dal Poggetto, la combinación de la reducción del Impuesto PAIS, la estabilidad del tipo de cambio, la caída en los precios de los alimentos y un contexto económico recesivo son los elementos clave que explican esta tendencia a la baja.
Asimismo, Econviews, bajo la dirección de Miguel Kiguel, también prevé una inflación más moderada para septiembre. Según esta consultora, la reducción del impuesto sobre los bienes transables ha tenido un efecto positivo en los precios, pero advierte que esta desaceleración podría ser temporal. Los factores estructurales, como la eliminación del control cambiario, podrían presionar nuevamente al alza en los próximos meses.
Equilibra, otra consultora que sigue de cerca la evolución del IPC, prevé que la inflación de septiembre se ubique en torno al 3,2%. Esta proyección se basa en los primeros datos del mes, que mostraron una disminución en los precios de productos como automóviles, televisores y teléfonos móviles, beneficiados por la menor carga impositiva.
No obstante, los analistas coinciden en que, a pesar del optimismo que genera esta tendencia en el corto plazo, persisten dudas sobre su sostenibilidad. Si bien la reducción del Impuesto PAIS puede aliviar temporalmente la presión inflacionaria, los factores estructurales de la economía argentina y las decisiones en materia de política cambiaria seguirán siendo claves para determinar la trayectoria de los precios en el futuro cercano.
