El Papa Francisco no visitará la Argentina en 2024, según lo confirmó el vocero de la Confederación General del Trabajo (CGT), Jorge Sola, luego de una reunión entre el Sumo Pontífice y los dirigentes Héctor Daer y Pablo Moyano. El encuentro se llevó a cabo en el Vaticano, donde Francisco compartió con los líderes sindicales su decisión de posponer el viaje a su país natal para el 2025.
Sola explicó que el Papa no podrá viajar debido a «una agenda complicada» que lo mantendrá ocupado con varios compromisos internacionales. A pesar de esto, el Pontífice expresó que «su deseo es venir» a la Argentina en un futuro cercano. Según el vocero, Francisco mencionó que «el año que viene podría ser una posibilidad» y que le gustaría visitar Santiago del Estero, Córdoba y la Patagonia en su eventual regreso al país.
Durante la reunión, que tuvo lugar el lunes, los temas principales fueron la situación política, social y económica que atraviesa Argentina bajo la gestión del presidente Javier Milei. Según Sola, el Papa comentó su preocupación por la situación del país, especialmente después de las polémicas declaraciones de Milei, quien afirmó que «la justicia social es violenta y no es justa».
El Papa Francisco sigue preocupado por la pobreza en la Argentina
Según Sola, el Pontífice se mostró inquieto por la creciente pobreza y las desigualdades en Argentina, temas que han sido una constante en sus intervenciones públicas a lo largo de los años.
Además, Francisco destacó «la importancia que tiene la dignificación en el trabajo» como un valor esencial y «un ordenador social alineado con los principios de la doctrina social de la Iglesia». En sus palabras, el trabajo no solo es un derecho, sino un medio para asegurar la justicia social en un contexto de profundas desigualdades.
Al final del encuentro, los líderes sindicales aprovecharon la oportunidad para presentarle al Papa su agenda sobre «un nuevo contrato social de producción, desarrollo y trabajo». Sola subrayó que uno de los mayores desafíos a nivel laboral es la informalidad, un problema que requiere soluciones urgentes en un mundo donde «el capitalismo adquiere otras características».
Sola concluyó diciendo que la reunión fue «muy emocionante» y destacó que el Papa se mostró «muy entero y con mucho humor». Agregó que, a pesar de las preocupaciones compartidas, Francisco se mostró lúcido y con una gran profundidad de pensamiento en todas sus intervenciones.