Montepulciano es la manera coloquial de referirse al Vino Nobile di Montepulciano. Un ejemplar potencialmente majestuoso y con certeza, como su nombre lo indica, noble vino tinto basado en la cepa Sangiovese. Este vino se produce de manera exclusiva en el poblado Montepulciano, a 120 kilómetros al sudeste de Florencia, sobre las colinas de la Toscana italiana. El Montepulciano presenta una historia ilustre, siendo celebrado en términos de «un vino perfecto» por el maestro de bodegas del papa Pablo III en 1549. Asimismo, el poeta Francesco Redi lo llamó «el rey de los vinos» en su publicación Baco en Toscana de 1685. También, escribió una oda al conde Federico Veterani dedicada, de manera exclusiva, a la alabanza de las muchas y grandilocuentes virtudes del vino Montepulciano. El primer registro de su nombre oficial data de 1787 cuando se lo consignó en la lista de gastos de Giovanni Filippo Neri para un viaje a Siena.
Luego de su introducción como DOC (Denominación de Origen Controlada), en 1966, desde 1970 hasta 2011, el total de viñedos en Montepulciano ascendió de 150 hectáreas a 1300. Por otro lado, el número de productores que embotellaban sus propios vinos pasó de solo siete u ocho a 230.
El camino al éxito
El Vino Nobile di Montepulciano fue uno de los primeros cuatro galardonados con el sello DOCG (Denominación de Origen Controlada y Garantizada) en 1980. Tradicionalmente, los productores elaboraban los blends con Canaiolo, Mammolo, Trebbiano, e incluso Gamay. Sin embargo, desde mediados de los ochenta, la principal cepa del Montepulciano es la Sangiovese. Como consecuencia de una modificación en las regulaciones de DOCG en 1999, el vino debía contener entre 70 y 100% de Sangiovese. No obstante, en 2009, las regulaciones cambiaron nuevamente para admitir hasta un 30% de varietales tales como Cabernet Sauvignon, Merlot, y Syrah en la mezcla. De esa manera, se procedió a blanquear lo que hasta entonces era una práctica habitual. Por supuesto, esta modificación fue severamente criticada por considerarla una «internacionalización» de un patrimonio puramente toscano.
Detalles de la región
Esta área, generalmente, es más arenosa que aquellas de Montalcino o Chianti Classico. Consiste en dos zonas bien distinguidas: las colinas alrededor del poblado de Montepulciano y, cerca de diez kilómetros al oeste, y separadas por las planicies del Val di Chiana, las colinas al rededor del poblado de Valiano, que posee extensos dominios.
Así también, la región se divide en veinte subzonas cuyos nombres tienden a aparecer en las etiquetas de los vinos, aunque es preciso ahondar más detalladamente en las características individuales. Los viñedos se sitúan en las pendientes que tienden del este al sudeste, sobre elevaciones de 250 a 600 metros sobre el nivel del mar. Es importante señalar que los viñedos sobre las planicies no califican como Vino Nobile di Montepulciano.
Características del vino
Estilísticamente, el Vino Nobile di Montepulciano oscila entre el Chianti Classico y el Brunello di Montalcino, combinando la elegancia de aquel con la estructura firme del último. De manera notable, el Montepulciano es más profundo en su color debido a la arcilla fría y pesada, y los suelos de arena que decantan en una austera y corpulenta Sangiovese que demanda maduración en botella. Muchos productores agregan uvas Merlot para contribuir a la aceleración en la evolución del vino. Sin embargo, esta decisión repercute de manera negativa en la expresión del terroir. La DOC Rosso di Montepulciano, que habilita el lanzamiento de los vinos en el marzo posterior a la cosecha (el Vino Nobile di Montepulciano debe añejarse por dos años) se diseñó para vides que maduraran más temprano pero, dado que es mucho menos rentable que el Vino Nobile di Montepulciano, no se emplea mundialmente.
Dos filosofías que contrastan entre sí pueden determinar el estilo del Vino Nobile di Montepulciano que se produce en la actualidad. Por un lado, la variante tradicional emplea Sangiovese, ya sea exclusivamente, o combinada con Canolo y añejadas en grandes barriles de roble eslavo. Esta variante requiere de una maduración prolongada. Por el otro lado, un enfoque más moderno que consta del blend entre Sangiovese y otras cepas francesas, añejadas en barriles de nuevo roble francés. Esta variante moderna, aunque aún dominante, ha ido perdiendo asidero porque resulta en un vino con menos personalidad respecto al Montepulciano tradicional. El estilo conservador, a pesar de ser criticado como pasado de moda, demuestra que los vinos resultantes pueden alojarse a la par de los más excelsos Brunello y Chianti Classico.
