Vinos de Salta: entre el sol y los senderos VIDA Y ESTILO El Intransigente

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Vinos de Salta: entre el sol y los senderos

Las bodegas salteñas están transformando la tradición vitivinícola con innovaciones que destacan la riqueza de su terroir, evocando asimismo el aura de la tradición.

Los vinos oriundos de la provincia de Salta, en el noroeste de nuestro país, gozan de reconocimiento mundial por su calidad elevada y características únicas, en gran parte, gracias a las condiciones climáticas y geográficas de la región. Situados en el privilegiado entorno de los Valles Calchaquíes, sus viñedos de mucha altura producen excepcionales vinos tintos. En tal categoría, podemos hallar ejemplares de Malbec, Cabernet Sauvignon y Tannat. Estos productos son célebres por su color intenso característico, su solidez estructural y aromas agradables.

No obstante, también se producen vinos blancos de frescura considerable, como el Torrontés y el Sauvignon Blanc. Estos ejemplares se distinguen por sus fragancias florales y sabor frutado. A propósito, es importante señalar que el Torrontés constituye una cepa blanca única en Argentina y es en esta región que la cepa alcanzó su máximo potencial.

El origen

La historia de los vinos de Salta comienza de la mano de los jesuitas que plantaron las primeras vides en tiempos coloniales, alrededor de 1650. Al igual que muchos otros ejemplos europeos y americanos, esta región inició su camino vitivinícola gracias a la labor de monjes y religiosos. El vino era empleado de manera exclusiva para la liturgia católica y se producía en La Bodega (hoy conocida como La Angostura). Posteriormente, colonos, como la familia Aramburu, se sumaron a la producción en la zona. Desde entonces, la industria del vino en Salta creció de manera exponencial, deviniendo una de las más importantes de todo el país.

El siglo XVIII significó un sensible avance para la provincia de Salta. Don Julián de Lea y Plaza tuvo la iniciativa de emplear uvas nuevas del Alto Perú y de Chile. Un siglo después, en 1886, arribaron las vides francesas como el Malbec. Por supuesto, ello significó una revolución en la industria para siempre. Personas, como los Peñalva en Tolombón, también contribuyeron de manera evidente con el sector. Durante el siglo XIX tenían un total de 19 bodegas y cinco destilerías.

Los Valles Calchaquíes son un factor clave para la producción de vinos de calidad. La sequedad del clima y la altitud de los viñedos realzan los sabores y aromas de los vinos de Salta. La marcada amplitud térmica (variación ostensible de la temperatura entre el día y la noche) contribuye a que las uvas se desarrollen de manera óptima. Asimismo, en esta región, las heladas son virtualmente inexistentes durante 230 días al año. Además, llueve poco. En efecto, las precipitaciones son menos de 200 milímetros al año. Los frecuentes vientos frescos y límpidos se aseguran de mantener a los viñedos saludables, disminuyendo de manera drástica, por consecuencia. la necesidad de pesticidas. Estas cualidades únicas desempeñan su papel para que Salta pueda producir vinos de notoria calidad y que sean reconocidos a nivel mundial.

La ruta del vino de Salta

La ruta del vino de Salta es el nombre dado a un recorrido de unos 200 kilómetros. El camino se abre a través de los Valles Calchaquíes, la principal área vitivinícola. En este sitio, el clima es templado y seco, lo cual es perfecto para vinos tales como el Torrontés. Esta uva desarrolla aquí un sabor inigualable gracias a la clemencia y generosidad de la tierra de Salta.

La ruta brinda escenas que son verdaderamente impactantes. Entre los principales atractivos se cuentan la Quebrada de las Flechas y la Quebrada de las Conchas. Asimismo, transita por pueblos longevos como Molinos y Cachi, celebres por su color local y cultura. Aquí es posible asistir a espectáculos musicales y recorrer mercados de artesanías locales. A lo largo del recorrido de La ruta del vino de Salta, es posible también visitar museos. El Museo de la Vid y el Vino en Cafayate, por ejemplo exhibe, la historia de la vitivinicultura en la localidad. Por otro lado, el Museo James Turrell en Colomé se jacta orgulloso de sus muestras de obras artísticas.

Lo mejor de los vinos de los Valles Calchaquíes

Probablemente, el exponente más notable de los vinos de los Valles Calchaquíes sea la tradicional Bodega Federico Mena Saravia, situada en el Valle de Hualfín.  Cuenta con 120 hectáreas con viñedos y alfares, dotando de un vivo verdor a la superficie. Las primeras viñas de la Bodega fueron plantadas por iniciativa de don Jorge Leguizamón Dávalos y, posteriormente, serían acrecentadas por don Carlos Saravia Zerdán, con una envidiable visión empresarial. Sugerimos especialmente probar su Centenaria Vineyards Torrontés 2022, una expresión soberbia de un característico varietal de la zona de Salta.

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