Altesino Brunello: un custodio del entorno y un ejemplo de gallardía VIDA Y ESTILO El Intransigente

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Altesino Brunello: un custodio del entorno y un ejemplo de gallardía

En el corazón de la Toscana sureña se impone un paisaje que asombra por su estado idílico y casi salvaje; ello responde fundamentalmente a los viñedos de Altesino, que se ocupan de proteger el entorno y trabajar en armonía con la naturaleza.

Altesino debe su nombre al austero Palacio Altesi, ubicado entre las colinas orientales de Montalcino. El Palacio que domina la estancia fue construido a mediados del siglo XV, por pedido de la familia noble toscana Trierchi. De hecho, el escudo de armas de los Trierchi todavía puede verse, impreso en mármol blanco, sobre la antigua puerta de roble del Palacio.

Altesino estuvo en posesión de la familia Gnudi Angelini desde el año 2002, mientras que los departamentos de técnica y producción están conducidos por Paolo Caciorgna. En la década de los setenta, Altesino introdujo importantes innovaciones que revolucionaron la producción de Brunello. De esa manera, se estableció como una empresa líder y un punto de referencia para todo el territorio. Asimismo, Altesino ha sido precursora en lo que respecta a la búsqueda de excelencia tras la incorporación del concepto de «Cru» en 1975. De la misma manera, fue de las primeras en experimentar con las barricas en 1979.

En el transcurso de los últimos cuarenta años, se desarrolló una relación intensa con un territorio plagado de historia. Una tierra dotada de una belleza que se percibe a través de los cinco sentidos y con un encanto sutil que alcanza al alma. Es precisamente esta relación intensa la filosofía que inspira a Altesino a producir vinos de excelencia y resguardar su cultura.

Viñedos y vinificación

Seis parcelas se extienden a lo largo de una superficie total de prácticamente cien hectáreas. La mitad de ellas constituye los viñedos. Son estas parcelas las que constituyen el corazón productivo de la estancia. Una parcela situada al norte, Altesino; una al noreste, Macina; dos al noroeste, Cerbaia y Montosoli (El primer cru en la historia de Brunello de Moltancino, y siempre célebre por producir vinos de extrema elegancia; otra parcela ubicada en el área de Sant’Angelo in Colle, Pianezzine y, finalmente, una en el área de Castelnuovo dell’Abate, Velona.

Además de Sangiovese, que ocupa la mayoría de los viñedos (empleada en la producción de Brunello, Rosso di Montalcino y Palazzo Altesi), se cultivan Cabernet Sauvignon y Merlot. La combinación de uvas Sangiovese con cepas francesas consituye lo que se ha dado en llamar como Vinos Supertoscanos. Asimismo, se cultivan también cepas tales como Trebbiano y Malvasia (para el Vin Santo), Vermentino, Chardonnay y Viognier para la producción de Bianco di Altesino. Luego de ser cosechadas a mano, las uvas se trasladan a las bodegas, donde la fermetnación y maceración dura aproximadamente cinco a siete días, con 14 a 21 días de maceración sobre las cáscaras.

Las bodegas

Parte de las históricas bodegas de Altesino se ubican dentro de los históricos muros del Palazzo Altesi. Asimismo, detrás de los viñedos y beneficiándose de una pendiente natural, se construyeron modernas facilidades funcionales donde se llevan a cabo la fermentación, el refinado y el embotellado. Por otro lado, la bodega moderna se construyó con especial enfoque en la eco-sustentabilidad. Debido a su ubicación subterránea, está perfectamente aislada. La bodega Altesino no es solamente un espacio de trabajo funcional e innovador, sino también y sobre todo, un sitio con impacto ambiental bajo, construido de acuerdo a los parámetros de la arquitectura sustentable, a la vez que se respeta de manera sensible el antiguo territorio de Montalcino.

La obra estructural se realizó de manera íntegra in situ sin recurrir a piezas prefabricadas, mientras que los detalles de la edificación se diseñaron meticulosamente. Elisabetta Gnudi Angelini quiso añadir su propio toque femenino, optando por un color amarillo para decorar los grandes barriles.

La filosofía detrás de esta inversión se asentó en una elección de calidad apuntada a la mejora y la racionalización de las actividades de producción. De la bodega histórica, dentro del Palazzo Altesi, permanece una sección construida en la década del setenta, utilizada hoy en día para la refinación de Brunello Montosoli.

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