Luchando por su vida es como se encuentra por estas horas uno de los periodistas más importantes de nuestro país, como es el caso de Jorge Lanata, quien supo marcar un antes y un después en los medios de comunicación de nuestro país.
En medio de su internación y de la interna familiar que no para de dar que hablar, fue en LAM donde se manifestaron sobre su vida sentimental y se refirieron a una de sus exmujeres, Silvina Chediek. En vivo y en directo recordaron una entrevista que ella había dado en su momento para BDV, en torno a su matrimonio que duró cinco meses
«Tuvieron una relación que duró más o menos un año y un mes y estuvieron casados cinco meses», comenzaron adelantando. «Nos casamos en el City Hall de New York, que es muy deprimente, no tiene nada de glamoroso. Yo empecé a salir con Jorge cuando él hacía poquitito se había separado de Andrea Rodríguez, la mamá de Bárbara. En realidad, nos tendríamos que haber ido a vivir juntos simplemente, pero yo me quería casar, yo crecí con Roberto Galán», apuntó.
«Él venía en una crisis más larga, pero Andrea estaba embarazada, bancó ese embarazo, nació la beba. Para mí se había ido, hacía muy poco lo de Andrea, y a mí me parece que eso no se le hace a nadie. Entonces si yo me casaba acá, eso iba a hacer mucho ruido. Yo me enamoré de un ser humano», comentó Silvina Chediek.
«Nos casamos en Estados Unidos. No se enteró nadie. Cuando volvimos, nos habíamos casado, pero no tuvo repercusión. No hubo fiesta, no hubo nada. Menos mal, porque a los cinco meses yo tendría que mandar regalos de vuelta. Era medio incómodo porque no lo sabía… Cinco meses de matrimonio. La pasábamos bien, nos divertíamos», se escuchó en el ciclo de Ángel de Brito.
«Él un día me dijo que no quería tener hijos, no me iba a quedar con alguien que no quería tener hijos. Yo sabía que me había traicionado. Me dijo que quería cambiar y le duró cuatro meses, entonces nos separamos. Durante un año le tuve bronca. Después ya cuando nos juntamos para el divorcio ya me reíamos. Después de separada un amigo me dijo que su mujer azafata lo había visto con una mina. Volvió a las andadas y no quería seguir», sentenció.