No hay dudas de que Alberto Cormillot es una de las figuras más destacadas del mundo del espectáculo, y con el regreso de Cuestión de Peso a la pantalla chica volvió a estar en el centro de escena. Quien lo acompaña en esa tarea es su esposa, Estefanía Pasquini, también nutricionista, con quien tuvo a su hijo Emilio, de tres años.
Tras dar a luz a su hijo Emilio, Estefanía Pasquini comenzó a recibir varios ataques en las redes sociales por su aspecto físico. Cansada, la nutricionista compartió un extenso descargo: “Dejemos de normalizar el hablar del cuerpo del otro, dejemos de normalizar esto de vomitar cuanto contenido quiero decir como si nadie fuera a escuchar, porque no sabés lo pasa en la vida del otro y porque no sabés el daño que le hacés”, comenzó.
«Hoy estaba mirando fotos y recordé esta etapa… Seis meses de Emilio, él empezando con la alimentación complementaria, mi papá empezando a tener conductas que nos hacían creer que algo no estaba bien, Alberto internado por cáncer…», recordó una movilizada Estefanía Pasquini desde su cuenta personal de Instagram.
«Yo iba a estar con él a la clínica, volvía a mi casa a darle la teta, volvía a estar con Alberto, atendía pacientes desde el baño en forma online, comía cuando podía, si tenia hambre, porque tenía un bebé de seis meses al cual no podía hacerlo empezar a comer bien porque casi no estaba, porque estaba llena de miedos…», continuó la nutricionista.
«Amigos mi mamá… Me ayudaron, le daban papillas…. Porque yo ya tenia tantos quilombos que lo único faltaba que se me ahogara el bebé… Todo me daba miedo, tenía terror de pérdida. Y esto que tiene que ver? Tiene que ver con la última foto…. En su momento creí que exponer a la gente era buena idea…no lo hice», señaló Estefanía Pasquini.
«Me criticaban por darle papilla… por estar flaca… por cualquier cosa, sin saber el infierno que estaba viviendo, lo triste que estaba, otros me decían que ganas de estar en mi lugar, yo por dentro pensaba… Se nota que no tenes idea que esta pasando… Lo más triste fue enterarme de personas que no esperaba comentarios como «me gustaría vestirme bien pero no puedo porque no soy anorexia» no mi amor, no te vestis bien porque no tenes sentido del gusto», apuntó.
«O pensar que a cierta clase de pacientes no los podía atender por todo mi prontuario… Siempre creo q lo que no te mata te fortalece y hoy creo que soy una físicoculturista. Se que algunas veces me pongo intensa pero no quiero que mis pacientes pasen por un tratamiento más creyendo esto no es para mi, hay que laburar para salir de los pozos, hay que armarse de todo los profesionales necesarios y no esquivar el momento. Sentirlo, vivirlo, pasar por esa incomodidad, malestar, tocar fondo si es necesario, que te vaya bien y vivir la recaída… Eso es un tratamiento, no el que crees que arrancas, va todo bien, se soluciona y no pasa», cerró.