Desde la entrada en vigencia del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/2023 en diciembre del año pasado, que derogó la polémica Ley de Alquileres, el mercado inmobiliario en la Ciudad de Buenos Aires experimentó un notable crecimiento. Las ofertas de inmuebles destinados a alquileres de vivienda aumentó un 174,95%, marcando un giro positivo en un sector que había estado paralizado.
El presidente Javier Milei, quien impulsó la derogación de la ley, defendió su decisión argumentando que la normativa anterior «complicaba todo» y frenaba la oferta de alquileres. A raíz de este cambio, la mayoría de los contratos en la capital se pactan en pesos (90%) y con una duración de 24 meses. Además, las actualizaciones de precios se realizan cuatrimestralmente en base a índices como el IPC (Índice de Precios al Consumidor) o el ICL (Índice para Contratos de Locación), lo que brinda mayor previsibilidad tanto a propietarios como a inquilinos.
A pesar de una leve caída del 1,07% en la oferta de inmuebles en septiembre, la tendencia general sigue siendo positiva. Los barrios más populares para alquilar en la ciudad, como Palermo, Belgrano y Recoleta, concentran más del 60% de la oferta, y casi el 96% de los inmuebles disponibles son departamentos. Estos datos destacan la recuperación del mercado inmobiliario, principalmente en zonas urbanas claves.
Los alquileres aumentaron por debajo de la inflación en el 2024
El impacto de la medida también se reflejó en una baja de los alquileres en términos reales. Aunque los precios aumentaron nominalmente, lo hicieron por debajo de la inflación acumulada en 2024, que ya supera el 100%. Los contratos de alquiler, según el Observatorio Estadístico del Colegio Inmobiliario, muestran una baja del 40,4% en términos reales, lo que significa que, en relación a otros costos, alquilar se ha vuelto más accesible.
Una de las principales transformaciones que trajo este cambio legislativo es la mayor flexibilidad en las negociaciones. Cada vez más propietarios están aceptando contraofertas por parte de los inquilinos, lo que refleja un mercado más dinámico y competitivo, en línea con las metas de desregulación del gobierno de Milei.
En cuanto a la rentabilidad, se observó una recuperación importante. En promedio, un departamento de dos ambientes en la Ciudad de Buenos Aires generó una rentabilidad del 5,43%, impulsada por la baja en el tipo de cambio. Este resultado destaca que las decisiones del gobierno, lejos de perjudicar a los propietarios, están mejorando las condiciones del mercado.
Con la eliminación de trabas y una oferta en constante crecimiento, el presidente Milei ha logrado reactivar el sector de alquileres, demostrando que su política de «más libertad y menos intervención» empieza a dar frutos en áreas claves para la vida cotidiana de los argentinos.