José María Muscari se transformó en uno de los personajes del año a partir de un hecho que sin dudas cambió su vida. Hablamos de la adopción de su hijo Lucio Muscari, de edad adolescente, con el que pudo cumplir un anhelo de toda su vida. Sin embargo, como puede pasar en cualquier familia, la relación tiene sus vaivenes. Y así se encargó de contarlo el propio productor teatral, que explicó cómo lo descolocó un pedido que no esperaba: «¡Pará!».
Fue José María Muscari, muy cercano a los periodistas y a dar notas a la prensa, quien se encargó de confesar esta intimidad en una charla íntima. Fue con el medio El Argentino, y en la previa de la presentación de una nueva obra, Perdida Mente. Para él, acostumbrado a hacer piezas frecuentemente, no es una más, ya que es la primera que produce desde que Lucio llegó a su vida.
La adopción de Lucio que le cambió la vida
La obra cumplió ya tres años en escena y volverá en noviembre a la calle Corrientes, de cara a la temporada de verano. «Estoy muy emocionado, porque se agotan las localidades, se agregan funciones y el público aplaude de pie«, destacó el «Pelado» en la mencionada nota. Así volvió a demostrar que su vida profesional está más que satisfecha. Lo más emotivo pero también sincero vino cuando fue consultado por su parte familiar.
En ese tramo, José María Muscari se abrió como nunca ante el periodismo, y todo rondó respecto a la figura de Lucio Muscari, de hoy 15 años, que está hace un año junto a su vida. «La paternidad me llegó en el momento en que me tenía que llegar, con las obras maduradas», dijo. Y en ese punto, elogió que su hijo «me permitió dedicarme a la paternidad mientras acompañaba el periplo de Perdida Mente«.
«Es la primera obra de teatro mía que Lucio vio», celebró, emocionado, y planteó que la obra «quedará tanto en él como en mí». Sin embargo, en esa natural convivencia hay aspectos a los que se tienen que acostumbrar tanto padre como hijo, y así lo reveló el histórico productor de Sex. «Me está enseñando sobretodo algo con el tiempo. Porque él si bien nació en Buenos Aires, es de Corrientes, y recién regresó con la adopción«.
El ejemplo que obligó a José María Muscari a cambiar todo
«Me doy cuenta cuando vamos por la calle y yo estoy como muy apurado, a pesar de que no estaos llegando tarde. Y él, va mucho más despacio. Ahí me doy cuenta que sin decirme nada, me está diciendo: ´Pará viejo, ¿A dónde vas tan acelerado?´». consideró José María Muscari, en una situación fuerte que lo obliga a reflexionar y parar la pelota.
En otro tramo de la mencionada charla, José María Muscari habló sobre los miedos que a cualquiera le genera la paternidad. En ese punto, sorprendió. «No soy un padre miedoso, y tampoco quiero criarlo con miedos. Sí hay momentos en que tengo mis contradicciones, que si está bien o mal lo que hago, o digo, o señalo. Pero me siento confiado como padre y cómo va el vínculo», cerró el «Pelado».