En principio, vale la pena detenerse a establecer qué son en concreto los viñedos de edad avanzada. Esta categoría no se responde de manera tan sencilla como podría parecer, ya que no existe una legislación que lo defina. Por otro lado, las percepciones de «viejo» en lo que respecta a viñedos varían ampliamente alrededor del mundo.
En la mayor parte de Europa, la plaga de filoxera puso fin a cualquier noción de viñedos verdaderamente venerables. Este pequeño insecto amarillo aniquila campos enteros de vitis vinifera (todas las variedades nobles empleadas para elaborar vino) afectando directamente sus raíces. En efecto, durante el siglo XIX, la filoxera llegó a devastar virtualmente toda la industria vitivinícola europea, y llegó a expandirse incluso hasta el hemisferio sur, en países como Australia.
Hasta el día de hoy, no existe cura para una infestación de filoxera, que típicamente liquida las vides al cabo de cinco años por daño directo a las raíces, junto con otras infecciones microbianas que vienen aparejadas. El insecto es nativo del este de Norteamérica, donde viñedos autóctonos han evolucionado hasta resultar en una alta tolerancia a los ataques de filoxera.
La única solución para mantener a flote la industria vitivinícola fue recurrir a injertos de esquejes de vitis vinifera deviniendo entonces portainjertos de aquellas especies americanas. Hoy en día, el insecto es endémico de prácticamente todas las regiones productoras de vino, de manera que casi todos los viñedos comerciales resultaron en portainjertos. Ello implica que existe una notable cantidad de cruces entre varias especies americanas (junto con algunas especies de vides silvestres) disponibles en invernaderos vitícolas.
Pros y contras de injertar
Actualmente, este tipo de vides se producen con otros objetivos además de resistencia a la filoxera. A saber: la tolerancia a la cal, la capacidad para hacer frente a la sequía o la salinidad, o la resistencia a los nematodos. El problema que presenta la práctica del injerto es que el resultado de la unión parece debilitar a la vid, de manera que la vida útil comercialmente viable se reduce a unos 25 a 30 años.
Así pues, términos tales como «old», «vieille», u otros equivalentes se utilizan con frecuencia en Europa para vides que rondan los 25 años. Mediante cuidados especiales y compromiso, los viñedos pueden llegar hasta los años de la vejez, lo cual se establece por encima de los 50 años. De hecho, el viñedo de mayor edad todavía produciendo vino está situado en Máribor, Esolvenia, y se cree que tiene 400 años de edad.
Los viñedos más venerables
Sorprendentemente, algunos de los viñedos más antiguos del mundo se encuentran fuera de Europa. En efecto, Barossa Valley, en el sur de Australia, es quizás el sitio con mayor concentración de viñedos antiguos. Allí se estableció en 2009 una «carta de viñedos de edad avanzada» y un registro, mediante los cuales se pretende preservar el legado de estos viñedos antiguos. El mayor de ellos, data de 1843.
Las categorías en esta carta son: viñedos viejos (de más de 35 años), viñedos supervivientes (de más de 70 años), viñedos centenarios (de más de cien años) y viñedos ancestros (de más de 125 años). Por supuesto, existe un interés histórico en preservar estos viñedos longevos, sin embargo no se trata solo de nostalgia.
Los viñedos viejos parecen favorecer la concentración, complejidad y, particularmente, aportar más profundidad frutal en el paladar medio en comparación con viñedos jóvenes. Estos ejemplares, por su parte, exhiben aromas más vibrantes y frutado brillante, pero a veces, sabores más bien huecos.
Si bien es cierto que la demostración científica es virtualmente imposible, la mayoría de testimonios relatan que viñedos de más edad aportan algo al vino que los más jóvenes no pueden. Por cierto que es posible elaborar vinos soberbios a partir de viñedos jóvenes. De la misma manera, existe un concepto llamado «añada virgen» que alude al efecto mediante el cual, la primera producción de un ejemplar de viñedos jóvenes resulta en un producto fantástico. Tristemente, añadas subsiguientes son pocas veces tan espectaculares, hasta que el viñedo alcanza, al menos, una década. Muchos grandes châteaux de Burdeos no soñarían con incluir fruta de viñedos jóvenes en sus Grand Vins, creyendo que tales bayas simplemente carecen de la concentración o la capacidad de maduración que son requeridas para merecer un lugar en sus top blends.