En un contexto de tensiones y reacomodamientos dentro del Partido Justicialista, Máximo Kirchner se refirió a su vínculo con el gobernador bonaerense Axel Kicillof y a las complejidades internas del espacio. Durante una serie de declaraciones, el diputado y líder de La Cámpora destacó la importancia de la unidad en la militancia y dejó entrever ciertas diferencias con el gobernador de Buenos Aires, aunque sin resentimientos personales.
Reflexionando sobre el ánimo dentro del peronismo, Kirchner aseguró que, tras la derrota electoral del año pasado, “los compañeros se van recuperando del golpe” y recordó la importancia de la movilización y la solidaridad en el movimiento. Además, señaló que en su visión, «lo mejor es concentrarse, movilizarse, ser solidarios». Con esto, enfatizó la necesidad de un compromiso auténtico, lejos de intereses individuales.
Kirchner también se refirió al respaldo que, en su momento, brindaron a la figura de Cristina Fernández de Kirchner, recogiendo avales para su candidatura. «Yo no puedo explicar a los demás, pero sí puedo explicar por qué juntamos avales para Cristina«, comentó en Radio 10, sin dejar de cuestionar la postura de ciertos sectores. “Lo que uno no entiende es por qué se dicen que no son”, declaró, lanzando una crítica implícita hacia aquellos que, según él, no son coherentes con su identidad política.
En relación con la administración de Kicillof, Kirchner defendió a los integrantes de su espacio político que se sumaron a cargos ministeriales en la provincia. “Los compañeros que se sumaron a los ministerios de Axel fueron a trabajar… sería bueno que uno diga, ‘me mandaron a hacer una zancadilla’, que no fue así”, dijo, rechazando la idea de que el peronismo bonaerense actúe con un enfoque de deslealtades o intenciones ocultas. Aclaró que no piensa la política “en términos de dónde quedo yo” y afirmó que quienes lo hacen se preocupan más “por sus dignidades”.
El dirigente reveló detalles sobre una reciente reunión con Kicillof antes de que el gobernador viajara a Italia, donde coincidieron en un almuerzo con figuras clave como Eduardo «Wado» de Pedro, Mariano Recalde, Lucía Cámpora, Carlos Bianco, Agustina Vila y Andrés Larroque. “La charla tuvo idas y vuelta, y el gobernador dijo ‘apenas vuelvo de Italia los llamo’, y no llamó”, relató Kirchner, quien, sin embargo, afirmó no sentirse ofendido. “Entiendo que tiene sus tareas. Si no llamó, está todo bien”, añadió, aclarando que no se lo toma como una falta de respeto y que no se maneja con rencores.
Kirchner también señaló que existen dirigentes que parecen priorizar sus propios intereses. “Hay gente que está para el sindicato de dirigentes políticos porque se quejan de cómo los tratan. Yo soy mucho más despojado; tenemos un objetivo que, a mi entender, sigue siendo el mismo, y me muevo bajo esos márgenes”, puntualizó, reafirmando su compromiso con los valores de la organización por encima de cuestiones personales.
Por último, el diputado hizo referencia a los encuentros que algunos dirigentes de la provincia de Buenos Aires han tenido con allegados a Ricardo Quintela. “No lo tomo como una traición”, señaló, afirmando que no pretende imponer explicaciones a las decisiones de los demás. Estas declaraciones de Kirchner dejan en claro su postura respecto al compromiso y la unidad en el espacio peronista, al tiempo que revelan su visión sobre la relación con el gobernador Kicillof en este momento clave para el Frente de Todos.
