La Riesling es una cepa de uvas blancas propias de la región del Rin en Alemania. Esta uva es una de las más cultivadas en Alemania y da lugar a muchas Denominaciones de origen. Por mucho tiempo, ha sido la uva más desestimada, mal pronunciada y poco mencionada del mundo.
La Riesling es la variedad principal de Alemania, y bien podría disputar el lugar de la uva blanca más refinada del mundo basándose solo en la longevidad de sus vinos y su habilidad para transmitir las cualidades intrínsecas del viñedo. Todo ello sin perder el estilo característico e inimitable estilo de las uvas Riesling y, aún así, transmitir los atributos propios del viñedo. Casi de la misma manera en que consideramos cepas tales como la Cabernet Sauvignon o Chardonnay.
La cepa Riesling ha padecido durante las épocas en que se consideraba al roble como pináculo de moda, ya que esta variedad no se lleva bien con las barricas. Asimismo, sus vinos tienden a ser mucho más moderados en término de graduación alcohólica. En las décadas de los sesenta y los setenta, el nombre Riesling era desestimado por ser atribuido a un conjunto misceláneo y, normalmente, de dudosa calidad de uvas blancas.
Por otro lado, las uvas Riesling estaban asociadas con la dulzura (lo cual implicaba otro punto en contra en épocas modernas).
Historia
Hacia finales del siglo XIX y principios del XX, por otro lado, los vinos alemanes elaborados a partir de uvas Riesling fueron premiados y valorados tanto como los grandes vinos tintos de Francia. Los expertos supieron inferir que, gracias a la magistral combinación de esencia y acidez, estos vinos podían madurar por décadas en la botella, sin inferir en valores de la graduación alcohólica ni de azúcar residual.
Sin embargo, es importante precisar que ya en el siglo XV se cultivaba la uva Riesling en los márgenes del río Rin. Eventualmente comenzó a expandirse y, ya entrado el siglo XIX, comenzó a cultivarse de manera intensiva. De esa manera, consiguió ocupar el lugar de la especie de uva más plantada de Alemania. Fue desde allí que los viñedos Rieslings alemanes iniciaron su trayecto a la cima.
Los vinos Riesling presentan una marcada acidez, así como también unas notas afrutadas florales y cítricas. Estos vinos envejecen de manera considerablemente excepcional en contacto con maderas viejas que en barricas de roble nuevo. En lo que respecta a los suelos, las diferentes composiciones minerales contribuyen aportando notas ahumadas y sabores acerados, terrosos o alquitranados. El rango de madurez de la uva determinará los aromas del vino. Estos pueden oscilar entre frutas como la lima hasta los duraznos o los ananás. De manera que ofrecen un toque floral y especiado.
Características particulares
La uva Riesling es, también, conocida en la jerga vitivinícola como «diva» y ello no responde a un mero capricho o afán publicitario. Probablemente, la Riesling sea la cepa que ostenta mayor elegancia y distinción en el mundo. Esta variedad es fruto de un cruce entre la Heunisch (también conocida como Gouais Blanc) y alguna otra uva que, de momento, permanece siendo un misterio. Sus frutos son satisfactoriamente redondos, de tonalidad amarillo verdoso y presentan un tamaño moderado.
Esta uva demanda temperaturas que tiendan a ser frescas, así como también una buena capacidad de drenaje y estar expuestas a zonas soleadas. Por otro lado, es preciso que madure de manera lenta y debe cultivarse pretendiendo rendimientos austeros. En efecto, si se cultiva en climas cálidos, tiende a madurar de manera arrebatada, perdiéndose una parte fundamental de su encanto en el trayecto.
En contraste, gracias a su notable resistencia al frío, la Riesling ha logrado colonizar los viñedos teutones desde hace siglos ; de manera que la imagen de antiguas cepas de Riesling abarcando las lindes de los cauces de agua en búsqueda de la luz solar y, probablemente, una temperatura algo más templada ha devenido ya en una postal en sí misma
Maridajes
Los ejemplares más livianos y afrutados son particularmente adecuados para ensaladas, entradas o pescados frescos. Por otro lado, los Riesling más secos y robustos complementan de manera satisfactoria algunas carnes grasas, tales como ganso, pato o cerdo asado. Asimismo, pescados como la trucha o el salmón e, incluso, paté. El Auslese, por su parte, puede complementarse con postres no muy dulces como pudieran ser los profiteroles o las masas y bollos rellenos de crema o leche condensada. Por otro lado el estilo alsaciano es célebre por su ductilidad, desde pollo asado hasta tarta de cebolla. Absolutamente todos los Riesling van de maravilla con opciones gastronómicas picantes y especiados como curry u opciones propias de la cocina tex-mex.