Realmente fuertísimo fue todo lo que se vivió en La Divina Noche, el programa que Dante Gebel lleva adelante a través de la pantalla de Canal Trece. Allí, estuvieron presentes dos de las figuras más importantes del mundo del espectáculo de nuestro país: Moria Casán y Graciela Alfano.
En un determinando momento, el conductor del ciclo de entrevistas le preguntó a las divas cuáles fueron situaciones de infierno para ellas. La primera en contestar fue la rubia, quien se mostró realmente tajante delante de cada uno de los televidentes del programa.
«Para mí la envidia fue un infierno, hasta que entendí que era un problema del otro… la envidia. Yo no tenía idea, yo no me veía la cara, el cuerpo. Pero en todos los sectores, no sólo en el sector femenino», apuntó Graciela Alfano sin guardarse absolutamente nada.
«Cuando estudiaba ingeniería yo tenía 10 de promedio, entonces todos los varones decían ‘mirá esta, le pusieron esta nota’. Yo me rompía estudiando y tenía esas notas porque me rompía estudiando. La envidia de la inteligencia también», aseveró la artista.
Fue en ese momento cuando Moria Casán tomó la palabra y contó lo que vivieron junto a su hija Sofía Gala, debido a la adicción de Mario Castiglione, el exmarido de la morocha y padre de la joven actriz. «Yo no tengo infierno. No… no tengo ningún infierno. El único momento un poco álgido es esa cosa del cuestionamiento constante hacia mi persona por parte del padre de mi hija», sostuvo.
«Su alcoholismo… yo le iba a comprar el whisky. Entonces era rarísimo. Fue medio difícil. No podía creer que lo conocí de una manera estupenda y que después el tipo se largó al alcohol y nos baureó a mi hija y a mí», sentenció en medio de un momento de mucho dolor.
