El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, se encuentra en una encrucijada política dentro de su partido. La reciente decisión de la jueza María Servini, que negó la solicitud de la lista «Federales Unidos, un grito de corazón» para competir en las elecciones internas del Partido Justicialista (PJ) y facilitó el ascenso de Cristina Kirchner a la presidencia partidaria, no ha logrado reducir la creciente tensión en el peronismo bonaerense.
En los últimos días, el intendente de Lanús, Julián Álvarez, intensificó las críticas al gobierno provincial al destacar que una obra de viviendas en su distrito fue finalizada «con fondos municipales» debido a la falta de aportes provinciales. La gestión lanusense emitió un comunicado en el que subraya que “hasta el momento la provincia de Buenos Aires no ha desembolsado recursos para obras en el distrito”. Esta situación genera un escenario de reclamos y tensión, en el que Álvarez ha dejado en claro sus diferencias con la administración provincial.
Fuentes cercanas al gobierno bonaerense anticipan que la relación con La Cámpora podría entrar en una etapa de confrontación. A su vez, señalan que, si los reclamos no surgen en el ámbito del PJ, se harán de manera pública. Desde el entorno de Kicillof señalaron que la estrategia de convivir con los reclamos y presiones será una constante a partir del fallo de Servini.
Una celebración amarga
Desde la Gobernación celebraron la resolución de Servini, convencidos de que llevar el conflicto a una instancia judicial podría haber sido perjudicial para la estabilidad interna del PJ. En su visión, Kicillof ha buscado resolver las diferencias dentro del partido, evitando la exposición mediática y apostando a un clima de cohesión. Sin embargo, este enfoque de resolver conflictos «puertas adentro» no ha evitado las fricciones actuales.
Este viernes, dos figuras destacadas del kirchnerismo, el senador Wado de Pedro y la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, cuestionaron la falta de un respaldo explícito de Kicillof hacia la exvicepresidente. De Pedro manifestó su desconcierto ante la postura del gobernador, indicando que esperaba un apoyo emocional a la expresidenta: “Me gustaría que Axel se pronunciara a favor de Cristina; no puedo entender su distancia y me duele”, expresó. Por su parte, Mendoza también se unió a las críticas, subrayando que Kicillof debería reaccionar y apoyar públicamente a Cristina.
Pese a la presión, Kicillof ha mantenido su silencio en torno a la interna del PJ. Altos funcionarios cercanos al gobernador no descartan un encuentro clave entre Kirchner y el gobernador riojano, Ricardo Quintela, con quien Kicillof mantiene una buena relación. La reunión, que podría realizarse la próxima semana, es vista como una oportunidad para acercar posiciones entre el gobernador bonaerense y la expresidenta. La última vez que ambos coincidieron fue en un acto de Abuelas de Plaza de Mayo, donde apenas intercambiaron algunas palabras.
El peligro de un parlamento dividido
En el plano legislativo, el contexto se complejiza. La Cámpora y el kirchnerismo cuentan con influencia dentro de las Cámaras bonaerenses, donde también articulan con el Frente Renovador de Sergio Massa. Según fuentes cercanas al Ejecutivo provincial, la creación de una mesa de diálogo entre Kicillof, La Cámpora y el massismo será crucial para abordar los temas clave en los próximos meses. Como por ejemplo, el Presupuesto, la Ley Fiscal Impositiva y el endeudamiento. Pese al apoyo constante, la creciente tensión interna augura una dinámica más compleja.
