El Vaticano anunció hoy una reforma histórica en los ritos funerarios para los papas, impulsada por el Papa Francisco, que elimina el tradicional triple ataúd de ciprés, plomo y roble y lo remplaza por un simple ataúd de madera. Otra novedad es la constatación de la muerte, que ya no se realizará en la habitación del pontífice, sino en su capilla privada. Además, el cuerpo del papa será expuesto a los fieles dentro del ataúd abierto en la Basílica de San Pedro, en lugar de ser colocado sobre una plataforma elevada como era costumbre.
El nuevo ritual, denominado Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, aprobado en abril por el Papa, sustituye a la edición anterior utilizada desde el año 2000, incluyendo las exequias de Juan Pablo II en 2005. Monseñor Diego Ravelli, maestro de las celebraciones litúrgicas pontificias, explicó que estas reformas subrayan que los funerales papales son los de un pastor y discípulo de Cristo, no los de un hombre poderoso.
Francisco también expresó su deseo de ser enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor, en el centro de Roma, en lugar de la cripta de San Pedro, rompiendo una tradición de más de un siglo. En una entrevista, señaló que el lugar ya está preparado, afirmando tener un fuerte vínculo con esa iglesia, donde reza antes y después de cada viaje.
El cambio de paradigma que propone el Papa Francisco para el Vaticano
Desde el 2013, el Papa ha mostrado una clara preferencia por la simplicidad y la cercanía con los fieles, renunciando a los lujos del Palacio Apostólico y optando por un pequeño departamento. Esta reforma se alinea con esa visión y busca eliminar símbolos excesivos, como el uso de títulos como «Romano Pontífice» durante las ceremonias.
Los cambios también reflejan una necesidad práctica. Tras el fallecimiento del Papa Emérito Benedicto XVI en diciembre de 2022, el Vaticano enfrentó desafíos para organizar su funeral, dado que no existían precedentes modernos. Esta experiencia llevó a Francisco a trabajar en conjunto con Monseñor Ravelli para adaptar los ritos funerarios a la realidad actual.
La reforma incluye la eliminación de la «Cámara Apostólica», un grupo de eclesiásticos que asistía al camarlengo durante la gestión de la Sede Vacante. Estas modificaciones aseguran un enfoque más pastoral y menos protocolar para los funerales papales, reflejando la visión renovadora del pontificado de Francisco.