El Gobierno de Javier Milei ha delineado una serie de medidas estratégicas enfocadas en el comercio exterior y el mercado cambiario, con el objetivo de reducir la inflación al 1% en los próximos meses. Estas acciones forman parte de un ambicioso plan económico diseñado para estabilizar los precios y fomentar la competitividad en el mercado local.
En octubre, la inflación se ubicó en un 2,7%, una cifra que, aunque inferior al 3% registrado en meses anteriores, sigue siendo motivo de preocupación para las autoridades económicas. El Gobierno ha señalado que el actual ritmo de devaluación del 2% está estableciendo un «piso» para la inflación, y para continuar con la desaceleración, se prevé reducir la tasa de devaluación al 1%. Esta medida, junto con otras opciones, está siendo evaluada por el Ministerio de Economía como parte de una estrategia integral para controlar el alza de precios.
Incentivos a la importación para bajar costos
Recientemente, el Gobierno decidió ampliar el monto permitido para ingresar productos a través del servicio Courier de USD 1.000 a USD 3.000. Esta ampliación busca incentivar la importación de bienes del exterior, lo que, según la visión oficial, obligará a bajar los precios locales ante una mayor competencia. Además, se han implementado otras medidas orientadas a facilitar la importación, con el objetivo de que los sectores económicos ajusten sus precios tras la baja del dólar.
Datos de diversas empresas revelan que esta tendencia se intensificará en las próximas semanas. El Gobierno considera que muchos sectores económicos aún no han ajustado sus precios tras la reciente devaluación y continúan operando con costos calculados sobre un tipo de cambio estimado en $1.500. Para abordar esto, se están quitando barreras a la importación en distintos sectores y a través de diversos mecanismos, aunque las empresas reclaman una aceleración en los procesos de desregulación y una reducción de costos en general para mitigar la presión sobre los precios.
Reacciones de la industria y riesgos de una apertura irracional
La apertura de importaciones está generando preocupación en varios sectores productivos. La Unión Industrial Argentina (UIA) ha expresado su alarma ante la posibilidad de una «segunda ola» de cierre de fábricas debido a la falta de avances en la competitividad local. Daniel Funes de Rioja, presidente de la UIA, declaró: “Si hay fenómenos de apertura irracional e indiscriminada, vamos a ir señalándolos. Nos preocupa la llegada de una ola importadora, y hay que atajar rápidamente el aspecto tributario”.
La medida de flexibilizar las condiciones para las compras al exterior a través de servicios de «courier», aumentando el límite de USD 1.000 a USD 3.000 y eliminando aranceles para los primeros USD 400, ha sido la gota que rebalsó el vaso para muchos en la industria. Este es uno de los múltiples aspectos de apertura que ha implementado la administración de Milei, incluyendo la eliminación de licencias no automáticas, la reducción de valores criterio de la Aduana y la disminución de aranceles para cientos de productos.
Medidas adicionales para fortalecer el comercio exterior
Además de las facilidades para las importaciones, el Gobierno está explorando otras estrategias para reforzar el proceso de desinflación. Esto incluye incentivar la importación en sectores estratégicos relacionados con el consumo, lo que se espera que baje los precios locales y fomente una mayor competencia. El Ministerio de Economía está analizando cómo estas y otras medidas pueden integrarse para asegurar una reducción sostenida de la inflación.
Las medidas adoptadas por el Gobierno de Milei buscan no solo controlar la inflación, sino también fomentar un entorno más competitivo y dinámico para la economía argentina. Sin embargo, el desafío radica en equilibrar la apertura del comercio exterior con la protección de la industria local, evitando así una dependencia excesiva de productos importados que podría afectar la producción nacional y el empleo.
El éxito de estas políticas dependerá de la capacidad del Gobierno para implementar las reformas de manera efectiva, así como de la colaboración con el sector privado para asegurar que las empresas locales puedan adaptarse a las nuevas condiciones del mercado. Además, será crucial monitorear de cerca los efectos de estas medidas para ajustar las estrategias según sea necesario y garantizar una economía más estable y competitiva a largo plazo.