Catamarca.- (Por Juan Carlos Andrada).- Ya lo veníamos anunciando desde esta columna y pasó lo que tenía que pasar este fin de semana largo de noviembre, donde los números arrojados son prometedores, pero no auguran buen futuro. Los medios locales anunciaron un incremento del 12 % en el turismo en Catamarca entre sábado y lunes, tomando como referencia el mismo fin de semana del año pasado. A esto se sumó una ocupación hotelera del 78 %, teniendo en cuenta que este sector el año pasado arrojó una cifra más baja.
La lucha por posicionarse contra otras plazas turísticas nacionales
Una leve brisa prometedora, porque mientras otras áreas no funcionan, el turismo parece que lo hace, pero a duras penas. Catamarca lucha por posicionarse a nivel nacional, con escasa estructura hotelera, o en la mayoría de los casos con poca calidad en el rubro. Muy lejos de las propuestas que ofrece el sur de la Argentina, o el norte, en la Quebrada de Humahuaca. Mientras otras áreas no están funcionando, otras funcionan a duras penas.
¿Catamarca se posiciona como nuevo destino elegido en Argentina? En ese contexto favorable, algunos operadores destacaron el fenómeno que vive la tierra de la Virgen del Valle, explicando que esta cantidad de visitantes en algunas localidades rompe con la “estacionalidad”, alcanzando el estándar de contar con turistas todo el año, como es el caso de las Termas de Fiambalá, remarcando también lugares como el Campo de Piedra Pómez con su exótico paisaje, que parece de otro planeta.
Los viajes familiares y los traslados desde otras Provincias
Junto con el optimismo por el creciente turismo, se alzaron las voces pidiendo “racionalidad” y “serenidad” en los precios, buscando evitar resentir o en el peor de los casos perder el mercado.
“Catamarca no es Mar del Plata, Fiambalá no es Villa Carlos Paz, pero para las camas que tiene la Provincia es interesante lo que está pasando. Estamos trabajando a full. Tenemos que ser muy cuidadosos para que este tren que pasa vuelva, porque estamos exagerando las tarifas, y a la larga el mercado se nos puede llegar a resentir o achicar”, afirmó Jesús Carrizo, referente turístico, en diálogo con FM República.
También se refirió a los viajes familiares, centrándose en los costos de los traslados específicamente. “Cuando se piensa en vacacionar hablamos de la familia, del traslado de la familia. También son onerosos los pasajes, sobre todo el aéreo, eso es una desventaja. Los turistas entran por Tucumán donde tienen siete u ocho vuelos diarios más que Catamarca, y la tarifa es prácticamente la mitad. Nosotros tenemos uno o dos vuelos diarios, y una tarifa de casi un millón de pesos en algunos casos”, amplió.
Catamarca, «destino nuevo y exótico, pero caro»
Para este operador turístico, Catamarca es “un destino nuevo, exótico, pero caro”, agregando que se especula con la realización de un ajuste este verano. “Uno se acostumbra a una muy buena afluencia turística, y en lugar de racionalizar o serenarnos y de cuidar al turista hemos subido las tarifas”, manifestó, destacando las maravillas de Antofagasta de la Sierra, los Castillos, las termas de Villa Vil y la ciudad de Belén, llamando la atención sobre los abusos en los precios que, a la larga, pueden ser contraproducentes.
También se detuvo en el análisis del oeste catamarqueño. “Fiambalá está siempre completo, es un lugar donde se rompió la estacionalidad. Con turismo todo el año, cuesta conseguir una reserva. Este año Fiambalá cambió un poquito porque mejoró los servicios”, expresó sabiendo que esto era una grave deficiencia. Resaltó asimismo que “el 80 % de los turistas que hacen excursiones no están alojados en hoteles, sino en departamentos y cabañas, segmento que ha ido creciendo en forma increíble, alojamiento alternativo que vale la mitad que un hotel”.
Para sumar a los atractivos de Catamarca, este año fue noticia a nivel nacional el “Camino de la Fe”, sobre la ruta provincial número cuatro, en el kilómetro 33, más precisamente en El Rodeo, a 36 km de San Fernando del Valle de Catamarca, una imponente imagen de la Virgen del Valle se alza sobre el cerro. Mide 52 metros en total (con 38 metros desde los pies a la corona), siendo siete metros más alta que la Estatua de la Libertad en Nueva York, y ocho metros más alta que el Cristo Redentor de Río de Janeiro.
Felizmente, el lugar colapsa por la cantidad de visitantes desde que el proyecto turístico se puso en marcha. Como contrapartida a esta buena noticia, en la zona no hay lugar para descansar, o en el mejor de los casos, las plazas son escasas.
Urge una inversión en infraestructura del Gobierno provincial
Dejando de lado la teoría del vaso medio lleno o medio vacío, para no caer en el optimismo bobo o el pesimismo desesperanzador, es evidente que a la política turística de Catamarca carece de control y de una fuerte inversión en infraestructura y servicios básicos.
Ser o no ser, esa es la cuestión, y acá no es. Como muestra tenemos al Dique El Jumeal, donde los baños no existen, o si por milagro nos encontramos con uno aislado, nos damos con la sorpresa de que carece de agua, de modo que el turista tiene que improvisar “baños” al aire libre, en pleno monte. Hombres, mujeres y niños, en dulce montón, no se salva nadie. Al final, como todo en el Gobierno de Catamarca, reina la desidia y la contradicción. Dios le dio los paisajes, pero la Provincia no brinda los medios adecuados para corresponder al interés de los visitantes.