Cuatro personas que estaban detenidas por el derrumbe del Apart Hotel Dubrovnik en Villa Gesell fueron excarceladas esta mañana por orden de la Justicia. Los liberados incluyen a dos capataces y dos albañiles que trabajaban en las obras de reforma del edificio, mientras que el arquitecto Jorge Enrique Bonavita y el contratista Rubén Taquichiri continúan detenidos como principales responsables de los trabajos. El colapso del edificio, ocurrido el pasado martes, ha dejado hasta el momento tres fallecidos, una persona herida y cinco desaparecidos, mientras continúa la búsqueda entre los escombros.
La situación del arquitecto Bonavita es la más complicada de los detenidos. Fuentes judiciales informaron que se negó a declarar y que testigos lo señalan como el responsable de dar órdenes durante la obra. «Todos lo vieron dando órdenes, sabía lo que estaba haciendo», revelaron fuentes vinculadas a la causa. Además, Bonavita habría ordenado continuar con las tareas pese a una intimación del municipio que advertía sobre la falta de autorización correspondiente para las reformas.
El contratista Taquichiri también seguirá detenido mientras se investiga su responsabilidad en las obras para la instalación de un elevador, que podría haber originado la inestabilidad estructural del edificio. Taquichiri ya declaró ante la justicia, y se encuentran cotejando su testimonio con otras pruebas.
Los cuatro excarcelados
Los capataces Celso y Sergio Paco, quienes eran padre e hijo, también fueron excarcelados junto con los albañiles Diego Alberto González y Miguel Andrés Choque. Según declararon, su trabajo consistía en ejecutar las órdenes impartidas por los arquitectos, y en sus testimonios señalaron a Bonavita como quien estaba al frente de las decisiones. La Justicia ha determinado que ninguno de ellos tenía funciones de dirección, sino que cumplían un rol operativo.
Según fuentes judiciales, los cuatro excarcelados aportaron información útil para identificar a las víctimas y definir roles dentro de la obra. Se les ha prohibido salir del país y deberán presentarse regularmente en la comisaría de su jurisdicción.
Un accionar que genera sospechas
Bonavita, el arquitecto a cargo del mantenimiento del edificio de diez pisos, tiene 55 años y es oriundo de General Madariaga. En un hecho que genera controversia, Bonavita se presentó en la zona del derrumbe para colaborar con el rescate, aportando planos del edificio e incluso participando del operativo como bombero voluntario, actividad que realiza en su ciudad de origen. Sin embargo, en la Justicia consideran que su presencia pudo haber tenido otros fines.
La fiscal Verónica Zamboni, que lidera la investigación, ha acusado a Bonavita y Taquichiri de «estrago doloso agravado por muerte y lesiones». La Justicia argumenta que las reformas se llevaron a cabo sin los permisos municipales pertinentes y con un accionar negligente e imprudente.
El arquitecto también es mencionado por testigos que aseguran haberlo visto frecuentemente en el hotel hasta hace unas semanas. Aunque había trascendido que se desvinculó de la obra en septiembre, la investigación ha revelado una gestión desorganizada.