El día del Beaujolais Nouveau se conmemora en Francia cada tercer jueves de noviembre con festivales, pirotecnia y música. De a cuerdo con la ley francesa, el vino se lanza a las 00:01, apenas semanas después de la recolección de las uvas en los viñedos. Los festejos se extienden a lo largo del país y aún más allá con la finalidad de celebrar el primer vino de la temporada.
El vino Beaujolais Nouveau recibe su nombre de la subregión homónima en Borgoña. En la década del setenta se diseñó un concepto acerca de una competencia a través del canal entre Francia y Londres. Esta competencia se desarrollaría para conseguir las primeras botellas de Beaujolais Noveau. Sus ideólogos fueron dos escritores enológicos y se la llamó «La Carrera Beaujolais«. Basta con imaginar la agitación mientras millones de botellas, de apenas un par de semanas de edad, se descorchan en simultáneo.
Pero, ¿a qué se debe tanto alboroto por un vino que, en esencia, es todavía un neonato? Por un lado, el Beaujolais Nouveau no es como el vino tradicional. Elaborado con uvas Gamay, se supone que este vino se disfrute fresco y joven. Esta tradición comenzó como una alternativa para que los obreros vitivinícolas pudieran celebrar el final de la cosecha.
Hoy en día, sin embargo, devino también una astuta oportunidad de marketing, transformando aquello que era una celebración local en un fenómeno internacional.
Características del vino
El Beaujolais Nouveau marida de manera espléndida con practicamente todo, desde pavo hasta queso y chacinados. Se trata de un vino que no demanda un análisis profundo o un paladar de sommelier. En cambio, invita a la relajación y al momento de disfrute. Así sea el caso de un aficionado al vino o simplemente alguien que disfrute de una reunión con afectos, el día del Beaujolais Noveau proporciona la excusa perfecta para celebrar los pequeños placeres de la vida.
La historia del día del Beaujolais Noveau
La historia data desde 1951, aunque las raíces de la celebración se extienden aún más en el tiempo. En principio, Beaujolais Nouveau consistía en una celebración de escala local, una forma en que los trabajadores de los viñedos podían brindar por su arduo trabajo con la primera cata del vino de la temporada. El vino en sí mismo, elaborado a partir de la uva Gamay, era ligero, frutado y debía de disfrutarse de manera inmediata en vez de ser almacenado por tiempos prolongados.
Eventualmente apareció en escena Georges Duboeuf, un nombre que hoy en día devino prácticamente en un sinónimo de Beaujolais Nouveau. Este experto comerciante de vinos vio potencial más allá del júbilo local.
Duboeuf encabezó una carrera hacia París con el objetivo de dar con las primeras botellas del año, añadiendo, de ese modo, un toque de emoción y una pizca de competencia a la experiencia. Su ingenio y talento para el marketing transformó el Beaujolais Nouveau en una sensación mundial.
Para la década del setenta, lo que comenzó siendo una modesta celebración local se expandió hasta convertirse en un evento de escala global, con millones de botellas compartidas y disfrutadas en todo el mundo. El gobierno francés dio, eventualmente, el visto bueno en el festivo acontecimiento, decretando que ninguna botella de Beaujolais Nouveau podía ponerse a la venta antes del primer minuto pasada la medianoche del tercer jueves de noviembre de cada año. Esta reglamentación solo añadió más excitación al clima de anticipación que rodea al evento.
En la actualidad
Ahora, cada año, más de 65 millones de botellas de Beaujolais Nouveau fluyen libremente, liderando la ocasión en más de cien celebraciones oficiales solo en Francia y con innumerables fiestas más en el resto del mundo. Así, a medida que avanza noviembre, se tiene presente esta historia de un vino de cosecha simple que llegó a convertirse en estrella mundial. No se trata exclusivamente del vino, sino que también constituye una celebración del trabajo duro, la tradición y la alegría de compartir buenos momentos. ¡Le Beaujolais Nouveau est arrivé!
