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POLÍTICA

El Gobierno y los gremios de Aerolíneas Argentinas retoman el diálogo en medio de una tregua y tensiones por la privatización

En un nuevo intento de resolver el conflicto que afecta a Aerolíneas Argentinas, autoridades de la empresa estatal se reunirán mañana nuevamente con los representantes de los gremios.

Aerolíneas Argentinas

En un nuevo intento de resolver el conflicto que afecta a Aerolíneas Argentinas, autoridades de la empresa estatal se reunirán mañana nuevamente con los representantes de los gremios Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA), y Asociación del Personal Aeronáutico (APA). El diálogo, que comenzó el pasado viernes, se ha dado en un clima de relativa calma, ya que los sindicatos decidieron suspender temporalmente las medidas de fuerza en pos de avanzar en las negociaciones.

Si bien prever el desenlace de este nuevo encuentro resulta complejo, hay indicios de que, al menos por el momento, los sindicatos mantendrán una postura moderada, evitando escalar el conflicto hacia acciones que afecten los vuelos. Sin embargo, el panorama es incierto. Los gremios han dejado claro que sus reclamos salariales siguen siendo legítimos, pero reconocen que han perdido un apoyo clave en su lucha: el respaldo de los usuarios, quienes hoy ven con escepticismo el impacto de sus protestas.

Internas sindicales y descontento de base

La situación actual revela un cambio de época en la postura de los sindicatos de Aerolíneas Argentinas. Hoy, informó NA, los líderes gremiales enfrentan no solo el desgaste ante la opinión pública, sino también un creciente descontento interno. Si bien todos concuerdan en la importancia de defender los salarios y el poder adquisitivo, algunos sindicatos, como el encabezado por Ricardo Cirielli, han comenzado a cuestionar la estrategia de lucha adoptada por APLA, AAA, y APA. Desde su perspectiva, las acciones impulsadas por estos gremios podrían, en última instancia, favorecer los planes de privatización del Gobierno al debilitar la imagen de Aerolíneas Argentinas.

Privatización en la mira: obstáculos y desafíos

A pesar de que el Ejecutivo reafirma su intención de privatizar Aerolíneas Argentinas y ha avanzado en la reestructuración de Intercargo, los desafíos para concretar estas iniciativas no son menores. Privatizar la línea de bandera requiere de dos elementos fundamentales: una ley que lo habilite y un comprador interesado. Hoy, el Gobierno no cuenta con ninguno de estos elementos, ya que el Congreso no ha debatido un proyecto que avance en esta dirección, y los potenciales inversores ven con recelo las actuales condiciones de la empresa. Incluso, un empresario del sector expresó que “Aerolíneas, gratis, es cara”, evidenciando la dificultad de atraer capital privado.

El Gobierno busca avanzar en esta dirección ajustando los convenios colectivos de trabajo para reducir ciertos privilegios de los empleados de Aerolíneas y disminuyendo los costos operativos. Sin embargo, estas medidas están aún lejos de garantizar una sustentabilidad financiera total. Sin los subsidios estatales, la empresa se vería en dificultades para sostener sus operaciones a largo plazo, y su desaparición abrupta implicaría una crisis de conectividad para el país en un momento clave como las vacaciones de verano, para el cual no existe una alternativa de reemplazo inmediato.

Intercargo: entre la eficiencia y el monopolio

El caso de Intercargo, la empresa de servicios de rampa que opera en casi todos los aeropuertos del país, es diferente. A diferencia de Aerolíneas, Intercargo no depende de subsidios estatales y genera ingresos gracias a su monopolio en el sector, donde presta servicios a aerolíneas extranjeras. La desaparición o reestructuración de Intercargo, sin embargo, afectaría la operatividad de estas empresas en el país, lo que podría generar consecuencias de alto impacto para el turismo y el comercio exterior.

Un camino intermedio: hacia una negociación equilibrada

Dada la complejidad de la situación, tanto el Gobierno como los gremios parecen haber disminuido la tensión inicial. Desde la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) señalan que una privatización exitosa no necesariamente implica la desaparición de Aerolíneas Argentinas, sino que podría ser beneficiosa para la empresa y sus trabajadores si se hace de manera responsable y aprendiendo de errores pasados. Por otro lado, Intercargo podría pasar a competir en el mercado, mejorando la calidad de sus servicios y reduciendo costos en un contexto de libre competencia.

Mientras el Ejecutivo se enfrenta a los límites de su capacidad para subsidiar el sistema, los sindicatos reconocen que el contexto actual exige flexibilidad y un enfoque en la negociación. Si ambas partes logran avanzar en un entendimiento, podría vislumbrarse una solución que permita a la empresa continuar su actividad sin sacrificar derechos laborales. La clave para alcanzar ese equilibrio radica en que Gobierno y sindicatos asuman una posición de diálogo constructivo que evite agravar un conflicto que, de otro modo, podría tener consecuencias graves tanto para la conectividad del país como para el empleo en el sector aerocomercial.