No hay dudas de que Desayuno Americano, el ciclo conducido por Pamela David para América TV, ha logrado encontrar su lugar en la pantalla chica. La conductora sabe cómo llevar adelante el magazine más visto del canal, donde además de hablar de los temas que sacuden al mundo del espectáculo, repasan las noticias más importantes de la actualidad.
En esta oportunidad Pamela David se encargó de dar una triste noticia: «En González Catán hubo un episodio en el que uno intenta ponerse en el lugar de este asesino, de este taxista, y es imposible. Vas a ver una imagen de una mamá con su bebé en brazos, Ezequiel esperando el colectivo para ir a trabajar, el taxista los pasa por encima, los atropella».
«No solamente no para, sino que escapa como un cobarde, todo es grave. Da la sensación de que lejos de tratar de evitarlos, se acerca al cordón para atropellarlos. Eran las seis de la mañana y Ezequiel salía a trabajar, su mujer lo acompaña siempre. Las cámaras de seguridad son privadas, ayudar a saber la patente y el vehículo», continuó.
«La mujer y el bebé están fuera de peligro, los mostramos porque están bien. Esto que ven es abandono de persona. En el 2017, gracias a las madres del dolor, se previó agravar la conducta de aquel que choca, lesiona o mata y se escapa. Hoy es un agravante no parar y asistir a la víctima, tanto si pasa un semáforo en rojo o si estaba alcoholizado», siguió.
En conversación con Desayuno Americano, la madre atropellada contó: «Me levanto por mi hijo, también tengo un nene de cinco años y me tengo que levantar por ellos. Estoy toda dolorida y golpeada, tengo hematomas en la cadera, en la rodilla y en el tobillo. Me sigo levantando por ellos porque son muy pegados a mí, fue un susto tremendo».
«Todas las mañanas se despiertan mis dos hijos conmigo y siempre llevo a mi nene de cinco años, él me acompaña hasta la puerta a despedir al padre. Justo ese día estaba durmiendo en la cama de mi mamá y el chiquitito estaba despierto y llorando. Como es muy pegado a mí no lo iba a dejar llorando, lo alcé y me lo llevé conmigo», contó.
«Al ver que no venía ningún colectivo nos asomamos a la calle y al no ver a nadie veníamos subiendo de a poco pero no vimos al taxista. No dimos a tiempo, fue todo muy rápido. A mí me cambió la vida por completo. Mi marido por quedarse a cuidarnos a nosotros se quedó sin trabajo. El empleador de él no tuvo nada de empatía y lo echó del trabajo, estaba trabajando en negro en un taller de costura. En este momento la que está solventando los gastos es mi mamá. Con sus sesenta años está yendo a trabajar para ayudarnos pero tuvo que pedir un crédito», agregó.