En una medida estratégica destinada a estabilizar la economía argentina, el ministro de Economía Luis Caputo, ha decidido eliminar el Impuesto PAIS. La carga impositiva fue instaurada hace cinco años durante el mandato de Alberto Fernández. Esta eliminación, programada para menos de un mes, se espera que tenga un impacto significativo en la inflación y facilite la salida del cepo cambiario en los próximos meses.
La finalización del Impuesto PAIS ocurrirá en un momento crucial para la economía argentina. El Gobierno busca mantener un índice de inflación mensual en torno al 2,5% durante un trimestre completo, lo que permitiría reducir el ritmo del crawling peg del tipo de cambio oficial. Según el equipo económico, si este objetivo se cumple, se allanaría el terreno para eliminar el cepo cambiario, una de las principales restricciones económicas implementadas desde 2019.
La eliminación del tributo tendrá múltiples repercusiones en la economía argentina. Por un lado, se espera un abaratamiento del tipo de cambio oficial, beneficiando tanto a las importaciones como a los consumos locales dolarizados y turísticos realizados en el exterior mediante tarjeta de crédito. Este ajuste también implicará una caída en la recaudación fiscal para Hacienda, que intentará compensar esta disminución reajustando otros tributos. Sin embargo, el impacto directo en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) será limitado y de carácter «por única vez», ya que la reducción de costos en insumos y productos importados se reflejará en una caída nominal de los precios finales sin alterar la tendencia general de la inflación.
Insumos y producción
La eliminación del Impuesto PAIS significa que los costos de insumos para la producción y los precios de productos terminados provenientes del exterior serán más baratos, lo que se verá reflejado en el precio final de los bienes. Este impacto no se traducirá en una desaceleración del ritmo de los precios, sino en una disminución nominal de los mismos en una sola ocasión. Portfolio Personal Inversiones (PPI) destaca que el objetivo del equipo económico es reducir los precios generales: «Así como la baja de la alícuota del Impuesto PAIS de 17,5% a 7,5% impactó sobre el precio de los bienes, el gobierno intentará darle un empujón más con esta baja adicional», señalaron en un informe a sus clientes.
Además, Alyc subrayó que «en octubre, los precios de los bienes no regulados (excluyendo combustible y tabaco, debido a su alto componente impositivo) desaceleraron desde un ritmo casi constante de 3% entre junio y septiembre a 1,9%. Considerando que estos bienes representan el 65,2% del IPC, el impacto sobre la inflación será relevante». No obstante, agregaron que «aunque se trata de un cambio de una vez, distribuido entre diciembre y enero, el gobierno intenta atacar la reducción del ‘costo argentino’, aunque a riesgo de tensionar más las cuentas externas».
En línea con estas evaluaciones, Eugenio Marí, economista jefe de la Fundación Libertad y Progreso, aseguró que «la baja del Impuesto PAIS tendrá un impacto directo sobre el precio de los bienes transables (exportables e importables) e indirecto sobre los demás». «Podría aportar a una baja de hasta 0,6 puntos porcentuales en el IPC, aunque distribuida a lo largo de dos meses, como ocurrió con la baja del impuesto PAIS de septiembre».
Timing
El momento elegido para la eliminación del Impuesto PAIS es clave para el Gobierno. Tras el dato de inflación de octubre, que fue de 2,7%, se anunció que la variación del IPC en los próximos cinco meses será determinante para el fin de los controles cambiarios durante los primeros meses de 2025. El presidente Javier Milei especificó que el objetivo inicial será sostener un trimestre de inflación general en la zona del 2,5%, considerando noviembre y diciembre como los meses críticos, ya que octubre ya está incluida en esta evaluación.
El Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) elaborado por el Banco Central indica que el consenso de mercado es que el IPC podría ser de 2,9% en noviembre, con un posible recalentamiento a 3,2% en diciembre debido a los tradicionales aumentos de precios de fin de año. Si esto se cumple, el requerimiento de inflación para liberar el cepo quedaría más alejado. Sin embargo, si el escenario trazado por el Gobierno se cumple y el último bimestre presenta un IPC similar al de octubre, desde enero el tipo de cambio oficial podría actualizarse a un ritmo de 1% mensual, después de un año de ajustes al 2%.
Nuevo punto de partida
Esta transición marcaría el inicio de una nueva cuenta regresiva: la siguiente etapa requerirá mantener ese 1% de crawling peg. El dato de inflación, ya sea mayorista o general, será crucial para determinar si los bienes, que componen casi el 70% de la canasta total del IPC, convergen hacia ese 1%, es decir, si la medida de desacelerar el dólar oficial ha sido efectiva. Según estimaciones privadas, el impacto del fin del Impuesto PAIS se materializará precisamente en estos meses críticos.
Aun cumpliendo todas las condiciones macroeconómicas, la salida del cepo enfrentará otros desafíos. El principal para el Gobierno será contar con reservas netas suficientes para afrontar cualquier demanda por los controles cambiarios. Santiago Bausili, presidente del Banco Central, señaló que una de las principales cuentas que el equipo económico monitorea es la de los dividendos de multinacionales, cuyo giro al exterior ha estado prohibido por el cepo desde 2019.