La oposición en el Congreso, integrada por el kirchnerismo, Encuentro Federal y un sector del radicalismo, solicitó este jueves una sesión especial en la Cámara de Diputados para rechazar el polémico Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 846/24. Este decreto, emitido por el Ejecutivo nacional, habilita al Gobierno a realizar un canje de deuda externa sin la autorización del Congreso, lo que, según los opositores, contraviene la Ley de Administración Financiera.
La solicitud, encabezada por referentes de estos bloques, responde a un malestar creciente entre legisladores y gobernadores aliados del oficialismo. Según fuentes parlamentarias, la disconformidad radica en el fallido tratamiento del Presupuesto 2025 y la demora en la convocatoria a sesiones extraordinarias, tensiones que han puesto a prueba las alianzas del presidente Javier Milei con algunos mandatarios provinciales.
Una jugada audaz para ganar terreno legislativo
La sesión especial, de concretarse, incluiría no solo el rechazo al DNU 846/24, sino también un pedido de prórroga de las sesiones ordinarias. Este último punto es clave para el bloque Democracia para Siempre, que busca más tiempo para discutir y aprobar el Presupuesto 2025.
Sin embargo, los intentos previos de la oposición por avanzar con iniciativas similares han fracasado, en gran parte, por la falta de quórum. La semana pasada, la ausencia de nueve diputados de Unión por la Patria, quienes se alinearon con las estrategias del oficialismo, fue decisiva para desbaratar un intento de sesión especial.
Desde Balcarce 50, la Casa Rosada celebró aquel revés opositor, señalando el respaldo de sus aliados estratégicos, en particular del PRO, como un triunfo político. No obstante, el nuevo intento opositor evidencia la creciente presión sobre el Ejecutivo, que deberá maniobrar con cautela para evitar que esta embestida prospere.
El impacto político de un posible revés
De avanzar la sesión, el rechazo al DNU podría convertirse en un golpe simbólico para el oficialismo, en un contexto de creciente cuestionamiento a sus políticas económicas. Por otro lado, el prolongado conflicto por el Presupuesto 2025 subraya las dificultades del Gobierno para construir consensos en un Congreso fragmentado.
A medida que las tensiones crecen, la estrategia del oficialismo y la capacidad de la oposición para unirse serán determinantes en este nuevo capítulo de la pulseada política nacional. La sesión especial, aún en duda, podría ser el escenario de un enfrentamiento clave que defina el rumbo del debate legislativo en lo que resta del año.