A poco más de 24 horas de haber asumido oficialmente como canciller, Gerardo Werthein comenzó la «purga» en el Ministerio de Relaciones Exteriores y ya desplazó a todo el equipo del área económica que había entrado con Diana Mondino. Desde el Gobierno ya habían asegurado que cambiarían parte del equipo diplomático, y horas antes de la toma de juramento de Werthein se conoció una lista con los posibles nombres que estarían fuera del Ministerio de Relaciones Exteriores.
El objetivo de Werthein con estos cambios es: incorporar a funcionarios diplomáticos y asesores de su confianza para llevar las relaciones comenzadas por Mondino; y tener un equipo más apegado a la bajada de línea ideológica planteada por el presidente. Este último punto es crucial, pues desde el Gobierno señalaron en repetidas ocasiones que lo que provocó el despido de Mondino fue haber «votado a favor de Cuba y contra los bloqueos comerciales que se le aplican a la isla»; aunque si se ve con una lupa, lo que hizo Mondino virtualmente fue votar contra las voluntades de Estados Unidos e Israel, los principales aliados de Javier Milei.
El primer funcionario al que se le pidió poner a disposición su renuncia fue al líder del área económica, Marcelo Cima, el secretario de Relaciones Económicas Internacionales. Cima se encontraba trabajando con sus pares de la región en el acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea. La secretaría de Cima también se encargaba de coordinar el ingreso de Argentina a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCME).
Del área de Relaciones Económicas Internacionales también desplazaron a Gabriel Martínez, subsecretario de Negociaciones Económicas Internacionales; y a Ramiro Velloso, subsecretario de Promoción de Exportaciones. Al tratarse de un área sensible, se espera que Werthein nombre rápidamente a sus reemplazantes. «Cambiar a los negociadores de un acuerdo cuando este está a punto de firmarse es extraño, no envía un buen mensaje», señalaron fuentes diplomáticas a TN.
Por otro lado, dos nombres que podrían mantenerse en Cancillería son: Nahuel Sotelo, encargado del área de Culto y Civilización, que es el puente de la Cancillería con Casas Rosada y además posee un buen vínculo con Santiago Caputo; y Eduardo Bustamante, el secretario de Política Exterior que asumió hace dos semanas tras el despido de Leopoldo Sahores, y actúa como un vicecanciller.