Los tres principales gremios aeronáuticos, Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA) y la Asociación del Personal Aeronáutico (APA), convalidarán con los trabajadores los acuerdos firmados con Aerolíneas Argentinas. Las reuniones tendrán lugar durante la mañana del jueves 14 tras extensas jornadas de negociación con la aerolínea bandera.
Cada sindicato realizará plenarios con sus afiliados y los encuentros serán liderados por los titulares de cada organización, Pablo Biró para APLA, Edgardo Llano en APA y Juan Pablo Brey en el caso de AAA. Entre los puntos que se firmaron con Aerolíneas, cuyos detalles son confidenciales para evitar conflictos durante las asambleas con los trabajadores, sin embargo, se conocieron algunos detalles.
El principal y más reiterado reclamo de los aeronáuticos fue una recomposición salarial del 90%, pedido que fue respondido por una oferta de entre 10% y 14% por parte de Aerolíneas. Según Infobae, la mejora salarial superaría el 14% propuesto, rondando el 19% o 20% entre junio y noviembre. Por otro lado, los aeronáuticos aceptaron cambios a los convenios colectivos de trabajo planteados por Aerolíneas, entre los que se incluyen cambios a las entregas de pasajes en clase ejecutiva para los pilotos y sus familias, los servicios de transporte a los aeropuertos, las horas de descanso y los asientos en clase ejecutiva destinados a «descanso de la tripulación» en vuelos internacionales, entre otros.
A pesar de las concesiones que tuvieron que hacer los gremios aeronáuticos, los representantes de los mismos admiten que están «conformes con lo acordado», teniendo en cuenta la firme postura del Gobierno Nacional en el conflicto, sumado a las amenazas del presidente Javier Milei de «cerrar Aerolíneas» y presentar el Procedimiento Preventivo de Crisis de la misma, y los proyectos para privatizarla por los aliados del oficialismo.
La puja entre el Gobierno y los aeronáuticos
Si bien el conflicto entre el Poder Ejecutivo y el sector aeronáutico llevaba arrastrándose desde principios de año, alimentado por los recortes, la inflación y las propuestas de privatizar Aerolíneas; durante octubre y la primera semana de noviembre, la insistencia de los aeronáuticos creció en paralelo con la presentación de un proyecto de privatización por parte del PRO.
El sector que especialmente quedó en la mira del Gobierno fue Intercargo, que tras una medida de fuerza que provocó la cancelación y demora de vuelos en Aeroparque, dejaron «encerrados» a cientos de pasajeros en aviones, lo que provocó el descontento del Ejecutivo y derivó en 15 despidos de la empresa y a la liberación del servicio de rampas en aeropuertos de todo el país. Tras esta medida, el presidente Milei lanzó el ultimátum para los gremios: encontrar una salida pacifica al conflicto o «cerrar Aerolíneas».
Durante el jueves 7 comenzaron en Aeroparque las reuniones entre los directivos de la aerolínea y los representantes de los gremios, durante las cuales se decretó una tregua y se suspendieron las medidas de fuerza. Luego de una semana de extensas negociaciones, ambas partes pudieron encontrar una salida temporal al conflicto.