El presidente de la Cámara Baja, Martín Menem, se mueve con rapidez para desarmar la sesión especial que impulsa la oposición en Diputados. En el centro de esta batalla parlamentaria está la reforma de la ley que regula los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU), una herramienta que el oficialismo considera esencial para la gestión. La estrategia del Gobierno consiste en aprovechar las fisuras internas del Partido Justicialista (PJ) para restar apoyos a la oposición y mantener el control sobre los DNU.
Menem, junto a referentes del Ministerio del Interior, ha mantenido un contacto constante con legisladores del bloque de Unión por la Patria (UP) y otros referentes peronistas desencantados con la conducción del partido. La tensión crece en el PJ, divido entre el sector que apoya a Cristina Kirchner y los gobernadores del interior liderados por Ricardo Quintela, gobernador de La Rioja.
En este contexto, el oficialismo busca debilitar el apoyo a la sesión especial y hacer fracasar el intento de rechazar la renegociación deuda sin el aval del Congreso. La intención es evitar que estas iniciativas avancen y limitar el «golpe» parlamentario que podría significar para Milei.
La presión sobre los gobernadores y los votos clave
Los diputados que responden al gobernador de Tucumán, Osvaldo Jaldo, son vistos como una pieza clave por el oficialismo. Desde hace meses, estos legisladores se han distanciado de UP y su postura podría ser funcional al Gobierno. También los legisladores de las provincias de Salta y Misiones, Gustavo Sáenz y Hugo Passalacqua, respectivamente, podrían actuar en favor del oficialismo desde sus bancadas de Innovación Federal, sumando un total de siete votos que serían decisivos.
Por el contrario, en La Rioja la situación es más difícil. Los cuatro diputados alineados con Quintela han dejado claro que no piensan ceder a las presiones de la Casa Rosada. El desencanto con el Gobierno, especialmente tras la convocatoria de Guillermo Francos a Jorge Yoma, apoderado de Quintela, para negociar una deuda millonaria con la provincia, ha creado una gran desconfianza. «No hay margen para desmarcarnos de nuestros compañeros», afirmaron desde el entorno de los diputados riojanos.
Las negociaciones continúan
Aunque reconocen la buena voluntad de Francos, los gobernadores consideran que el diálogo con él resulta «inconducente» debido a que Milei toma decisiones de forma unilateral. En este grupo de escépticos también se incluye el gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, quien ha mostrado su descontento por la falta de compromiso del oficialismo.
Algunos legisladores de UP, conocidos como «sin tierra» debido a su falta de base territorial, también han sido blanco del oficialismo para que apoyen los intereses del Gobierno. Uno de estos legisladores es el jujeño Guillermo Snopek, quien ya se había diferenciado del PJ al apoyar el proyecto de boleta única electrónica. En los últimos días, tanto el oficialismo en Diputados como la Casa Rosada lo han contactado para intentar asegurar su apoyo.
Otra legisladora mencionada en las negociaciones es Eugenia Alianello, de Chubut, quien integró la lista de Quintela en la interna del PJ y podría actuar en sintonía con Snopek. Sin embargo, su postura aún no está clara. Mientras tanto, la legisladora mendocina Lidia Paponet negó haber recibido contactos por parte del Gobierno, pese a los rumores.