El cobro de las jubilaciones de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) se ha convertido en el epicentro de una intensa competencia entre los bancos tradicionales y las fintech, en un sector que promete convertirse en un negocio millonario. Con la reciente habilitación de las billeteras digitales como plataformas de pago para programas como la Asignación Universal por Hijo (AUH), Alimentar, y Progresar, las fintech buscan expandir su influencia hacia el ámbito de las jubilaciones, desafiando el dominio bancario establecido.
Desde el inicio de 2024, las billeteras digitales han avanzado significativamente en el cobro de asignaciones sociales. Mercado Pago, líder en este segmento, ha superado los 340.000 beneficiarios utilizando su plataforma, mientras que Ualá ha multiplicado por diez su base de usuarios en este rubro. Este crecimiento se debe principalmente a la facilidad de uso y a la posibilidad de generar rendimientos a través de cuentas remuneradas, características que atraen a un gran número de beneficiarios.
“Liberen las jubilaciones”, tuiteó recientemente Marcos Galperin, fundador y CEO de Mercado Pago, haciendo alusión a la disputa comercial emergente entre las fintech y los bancos tradicionales. Galperin subraya la intención de las fintech de incursionar en el mercado de las jubilaciones, un sector que actualmente está reservado exclusivamente para las entidades bancarias.
Estrategias de las fintech
Las fintech, representadas principalmente por Mercado Pago y Ualá, están enfocando sus esfuerzos en sumar clientes a sus plataformas para luego potenciar otros servicios financieros como créditos y pagos digitales. Paula Arregui, vicepresidenta senior de Mercado Pago, explicó que el crecimiento se debe a la “facilidad” en el manejo de los fondos. “El 60% de nuestros 340.000 usuarios que reciben AUH prefieren administrar su dinero desde el celular y operar sin sucursales físicas”, afirmó Arregui.
Además, las cuentas remuneradas de Mercado Pago han sido un factor diferencial, ya que el 85% de los beneficiarios que cobran sus asignaciones a través de la billetera digital generan rendimientos, una ventaja significativa frente a las cuentas de ahorro tradicionales que no ofrecen intereses.
Por su parte, Ualá ha experimentado un crecimiento exponencial desde febrero de 2023, especialmente entre mujeres, con el 78,5% de sus usuarios siendo mujeres. La plataforma también destaca por su capacidad de ofrecer productos de inversión, con tres de cada cuatro usuarios participando en alguno de ellos.
Reacción de los bancos tradicionales
Los bancos, a través de Adeba (Asociación Argentina de Bancos), han manifestado su preocupación por lo que consideran una “desigualdad regulatoria” entre las entidades tradicionales y las fintech. Según Adeba, las fintech operan sin las mismas licencias y regulaciones que los bancos, lo que no solo genera una inequidad competitiva, sino que también representa un riesgo para el sistema financiero y para los usuarios.
“Es injusto que a unos les exijan ciertos requisitos y a otros no”, declaró un representante de Adeba. La asociación argumenta que las fintech que captan e intermedian fondos sin licencia bancaria representan una banca paralela que podría afectar la estabilidad del sistema financiero.
Perspectivas hacia las jubilaciones
Con la competencia por el cobro de las asignaciones sociales ya en pleno auge, las fintech están mirando hacia el siguiente gran paso: las jubilaciones. Según datos de ANSES, existen 7,5 millones de argentinos que reciben jubilaciones, un mercado que actualmente solo puede ser atendido por bancos tradicionales o por oficinas de ANSES.
Paula Arregui de Mercado Pago comentó: “Desde 2019 hemos perfeccionado nuestros procesos y modelos de crédito para que la huella que dejan las prestaciones permita desencadenar otras oportunidades de negocio”. La empresa planea negociar con las autoridades para habilitar el cobro de jubilaciones a través de su plataforma, eliminando la necesidad de sucursales físicas.
Desafíos regulatorios
La expansión hacia el cobro de jubilaciones enfrenta desafíos regulatorios significativos. Las fintech que deseen incursionar en este mercado deben obtener una licencia de entidad financiera que les permita captar e intermediar fondos de jubilados y pensionados. Adeba ha advertido que permitir a empresas sin esta licencia operar en el cobro de jubilaciones fomentaría una banca paralela y pondría en riesgo la protección de los fondos de los usuarios.
La disputa entre bancos y fintech por las asignaciones sociales y las jubilaciones tiene el potencial de transformar el panorama financiero argentino. Las fintech buscan aprovechar la digitalización y las tecnologías móviles para ofrecer servicios más accesibles y flexibles, mientras que los bancos tradicionales defienden la importancia de la regulación y la supervisión para garantizar la seguridad y estabilidad del sistema financiero.
“Nuestra tecnología nos permite abrir miles de cuentas desde el teléfono celular, ofreciendo líneas de crédito sin la necesidad de procesos manuales, lo que mejora la eficiencia y reduce costos”, afirmó Arregui. Este enfoque podría atraer a un segmento de la población que nunca antes había tenido acceso a servicios financieros formales.