En agosto, los salarios reales del sector privado, considerados los más estables de la economía argentina, dejaron de mejorar luego de cuatro meses de recuperación parcial y parecen haberse estancado; situación que preocupa especialmente al ministro Luis Caputo. Esto ocurre en un contexto donde el Gobierno de Javier Milei apunta a la contención salarial como uno de los pilares fundamentales para combatir la inflación.
De acuerdo con cifras del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), difundidas por la Secretaría de Trabajo, los sueldos promedio de los trabajadores registrados en el sector privado mostraron una caída del 2,6% real durante agosto. Esta disminución se compara con noviembre de 2023, mes anterior a la llegada de Milei al poder, en el cual los salarios ya habían perdido un 2,1% en términos reales frente a la inflación acumulada.
Ancla salarial: base de la política antiinflacionaria
Uno de los elementos clave de la estrategia desinflacionaria de Caputo, es la contención de los salarios. En este sentido, el economista Federico Zirulnik subrayó la importancia de este enfoque: «El ancla salarial es crucial para la desinflación, y por eso Economía mantiene el crawling peg del tipo de cambio en un 2% mensual, ya que un ajuste mayor provocaría un impacto directo en precios y en el valor del dólar».
Florencia Fiorentin, economista jefe de EPyCA, coincide con esta visión, enfatizando la relevancia del control sobre los salarios del sector público y las jubilaciones para mantener la inflación bajo control. Los datos muestran que, aunque el estancamiento de los salarios del sector privado ha sido menos severo, los trabajadores informales y estatales han visto un deterioro mucho más significativo. En agosto, los sueldos estatales estaban un 16,5% por debajo de los niveles de noviembre de 2023, mientras que los ingresos de los trabajadores informales se estima que cayeron cerca del 20% en términos reales en los primeros meses de gestión de Milei.
Perspectivas limitadas sobre la recuperación económica
El sector privado ha encabezado la pérdida de empleos, con más de 138.000 puestos de trabajo formales eliminados durante los primeros nueve meses de la administración actual. Aunque hubo una leve recuperación en agosto con 4.000 nuevos empleos, los sectores de la construcción y la industria manufacturera siguen siendo los más afectados por la destrucción de puestos.
Zirulnik advierte que el estancamiento de los salarios y la pérdida de empleos limitan las perspectivas de una recuperación económica sostenida. «La actividad económica podría volver a los niveles de octubre o noviembre del año pasado, pero no más allá de eso», afirmó. Además, agregó que la apertura comercial y la apreciación del tipo de cambio podrían perjudicar aún más a la industria, dificultando la posibilidad de una recuperación sin presionar el dólar, una variable crucial para el Gobierno.
Por otro lado, Fiorentin tampoco prevé un repunte significativo de la actividad económica, señalando que «los sectores que más contribuyen a la caída del nivel general son los vinculados al mercado interno: construcción, comercio e industria manufacturera». Si bien hubo un incremento en las exportaciones de manufacturas agropecuarias e industriales, esto se debió en gran parte a la caída del consumo interno. En general, la actividad se mantiene en lo que EPyCA denomina un «piso pegajoso», sin señales claras de despegue.