Siempre sincero, directo y sin ningún tipo de tapujos. De esta manera es como se muestra nada más y nada menos que José María Muscari, uno de los artistas más importantes y talentosos de nuestro país, quien ha sabido muy bien de qué manera ganarse el cariño del público.
Esta vez fue noticia debido a lo que contó en la televisión uruguaya sobre su hijo adoptivo Lucio, dando detalles de cómo fue el inicio del vínculo. «A partir de haber escrito, puesto en escena una obra que habla de las emociones, me di cuenta que lo que pensamos tiene un valor fundamental», señaló.
«Todo fue generando como un colchón emocional. Cuando apareció la posibilidad de la adopción de mi hijo yo estaba abierto, con las herramientas para una adopción, una paternidad, para acompañar la existencia de una vida como la del hijo que tengo. Siempre lo digo, siento que tengo un hijo mágico, que me tocó una adopción hermosa, super fluida», dijo José María Muscari.
Sin rodeos, decidió ir por más. «Desde los pasos legales hasta lo que sucede con él día a día, tenemos un vínculo muy idílico, muy hermoso. Soy muy compinche de él, ahora tiene 16. A los 14 empezamos la adopción, lo adopté… Era un proyecto desde hacía mucho tiempo, siempre tuve en claro que era solo. Soy una persona muy independiente, no me imagino enamorado para toda la vida con la misma persona. Lucio apareció en un momento en el que estaba solo», aclaró.
«Cuando lo adopté hubo algo que cambió. No era el momento para crear espectáculos. Estuve los primeros ocho meses sin hacer nada nuevo. Nos fuimos de vacaciones a que conozca el mar… con el tiempo todo se fue organizando. La nueva escuela, el grupo de fútbol, de vóley. Después de ocho meses sí era el momento para reconectar con la creación», manifestó el productor teatral.
«Con nosotros fue algo muy fluido. Cuando yo fui a conocerlo algo empezó a fluir y nunca se detuvo hasta el día de hoy. Nuestro vínculo continuó. Después pasaron anécdotas. El primer día tuve que devolverlo al hogar, seguir con el sistema de visitas, hasta que me dieron la guardia. Fueron tres meses hasta la adopción definitiva. Había mucha empatía por parte de los dos», finalizó.