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ESPECTÁCULO

Así hablaba Jorge Lanata sobre su muerte: «Creo que…»

Finalmente todo salió a la luz.

Jorge Lanata

El dolor es total en nuestro país. Esto tiene que ver con la muerte de Jorge Lanata, uno de los periodistas más importantes de la Argentina, quien supo conquistar a parte del público con una carrera plagada de éxitos y de fuertes momentos que lo llevaron a estar en el centro de la escena.

Ahora, lo que salió a la luz fue una nota que el marido de Elba Marcovecchio brindó con la Revista Para Ti, donde había hablado sobre su muerte. «Yo no me cago en todo, pero sí en la formalidad, en las definiciones. Muchos dicen que me parezco a Tato Bores y lo agradezco, pero el era humorista, yo soy periodista aunque toda la vida use el sentido del humor para comunicar», comenzó diciendo.

«Hice terapia durante ocho años, con un tipo que se llamaba Paul Topf, un viejito que se murió y que yo quería mucho», expresó. Fue allí cuando directamente le preguntaron si le tenía miedo a la muerte. «No sé. Creo que no. A lo mejor nunca estuve tan cerca de esa situación», aseveraba.

«No voy a la iglesia. Pero creo que hay como un orden. La vida es muy increíble como para ser solo evolución natural. Cuando me preguntan esto, contesto ‘tengo dos hijas, como no voy a creer en Dios”. O sea, que a vos te salga de la panza una persona es increíble; hay miles de millones de estrellas, ¡cómo lo explicás! Y cuando estoy mal, rezo. Creo que la idea de Dios nos mejora como persona. Es sano», decía Jorge Lanata

«No me gusta mirarme en el espejo. Por eso en la tele no uso monitores. Veo a Jorge… Siento que no soy Lanata. Soy Jorge. A lo mejor para los demás soy Lanata, lo que ustedes se imaginan como Lanata. No soy de ningún lugar. Nací en Mar del Plata, me crié en Sarandí, vivo acá. Pero no soy de ningún lado, aunque si tuviera que elegir te diría que soy más del sur que de acá. Me preocupa la gente. Yo pondría en fila a todos los tipos que me ven y hablaría con todos», manifestaba el marido de Elba Marcovecchio.

«Ese nivel de inseguridad tengo. Querría contarles, explicarles, que me conozcan, que me quieran. La calle es muy amable conmigo, es muy cálida. Hay gente que me dice ‘yo rezo por vos’. Es muy conmovedor. También puedo decir que me siguen enojando las mismas cosas de hace veinte años. Estoy más viejo, más tolerante. Me sigue sorprendiendo todo lo que me pasa. Y eso está bueno. Yo quería ser redactor de Siete Días y vivir en el centro. Nada más. Y lo logré a los 18. Entonces, todo lo demás fue gratis», sentenciaba en su momento.

Jorge Lanata