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Lula da Silva mejora tras cirugía, pero enfrenta desafíos políticos y económicos

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, muestra avances en su salud tras una tomografía, pero su gobierno enfrenta críticas y retos pendientes.

Lula da Silva

El presidente de Brasil, Lula da Silva mejora , presentó una «mejoría progresiva» según el último parte médico tras someterse a una tomografía de control en el Hospital Sirio Libanés de Brasilia. El estudio reveló una significativa reabsorción de la colección subdural, una condición derivada de la hemorragia intracraneal que sufrió en octubre tras una caída en el Palacio de la Alvorada.

El equipo médico calificó su estado de salud como «excelente» y continuará con un monitoreo regular. Aunque Lula da Silva mejora, debe permanecer bajo restricción de ejercicios físicos hasta nueva indicación. El presidente de 79 años, ha retomado sus actividades gubernamentales hace 15 días.

El pasado 15 de diciembre, Lula recibió el alta médica luego de una cirugía de urgencia para drenar un hematoma y un procedimiento preventivo que buscaba minimizar riesgos de futuras complicaciones. Este incidente ocurrió cuando el mandatario se golpeó la cabeza en su residencia oficial, requiriendo cinco puntos de sutura en la nuca.

Promesas incumplidas y desafíos en su mandato

Mientras se recupera, el presidente enfrenta críticas sobre el desempeño de su gobierno en temas clave como economía, medio ambiente y seguridad. Una encuesta reciente de PoderData muestra que el 48% de los brasileños desaprueba su gestión, un rechazo que alcanza su pico más alto desde el inicio de su mandato en 2023.

Entre los logros que destaca su administración se encuentran el aumento del salario mínimo por encima de la inflación y la ampliación del programa social Bolsa Familia. Sin embargo, estos avances no han sido suficientes para contrarrestar las críticas por promesas incumplidas, como la implementación de una nueva ley laboral o la eliminación del polémico «orçamento secreto», un fondo de uso discrecional heredado del gobierno anterior.

La presión económica y ambiental

La inflación y la devaluación del real brasileño se perfilan como los mayores desafíos económicos para 2025. Asimismo, Lula no ha logrado cumplir su promesa de «deforestación cero», una meta que generó altas expectativas internacionales y que sigue siendo un punto crítico para su administración.

Con la opinión pública dividida, el mandatario brasileño deberá balancear su recuperación personal con la creciente presión política y social para cumplir los compromisos asumidos durante su campaña.

La mejoría de Lula en su salud ofrece un respiro, pero los desafíos de su mandato continúan acumulándose. Las expectativas sobre su liderazgo y capacidad para cumplir con su ambiciosa agenda serán determinantes para los próximos años en Brasil.